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Landon ya había comprado las palomitas y los refrescos para cuando regresamos con Jude. Ella ya había comprado las entradas de la película que veremos a continuación. Invasión de mundos.

—¿Qué estuvieron haciendo? —inquirió Jude.

—Estuvimos conversando con la nueva amiga de Landon —respondió Aiden con socarronería.

Pensar en qué Landon parece cautivado por (no sólo la belleza) la forma de ser de Melanie me hace sentir rara.

—Tú mismo lo has dicho —le dijo Landon—, amiga.

Aiden puso los ojos en blanco.

—¿Qué amiga? —Jude enarco una ceja.

—Se llama Melanie, se conocieron hoy en la biblioteca —contesté.

—Tiene bonito nombre —opinó.

—Ella también lo es —murmuró Landon con la mirada perdida.

Grande fue mi asombro y de Jude que nos volteamos rápidamente a verlo.

—Es decir… mhm… si, su nombre es bonito —carraspeó.

Puse una mueca.

—Iré al baño un momento —avisó Jude, enredando su brazo con el mío—. Vamos, Via.

No había nadie en el baño para nuestra suerte. Me eché un poco de agua por el cuello para refrescarme mejor.

Me encontré con una rara mirada de Jude a través del espejo.

—¿Qué? —le solté.

—¿Estás celosa de Landon? —preguntó directamente.

Eso es imposible, jamás lo estaría. ¿Por qué no lo estaba, no?

—Por supuesto que no —respondí de inmediato—. ¿De dónde sacas esas ideas?

—De ti.

—¿De mí, por?

—Hiciste muecas exasperadas cuando estuvimos hablando de esa tal Melanie —explicó.

—Yo no hice ninguna mueca —replique.

No lo hice, ¿verdad?

Jude resoplo, dándome a entender que no me creía.

—De cualquier forma, puedes contarme como te sientes.

—Estoy bien —le aseguré.

—Intento ayudarte —apremió.

—Lo sé, pero no necesito ayuda. No me gusta Landon, no de esa manera en la que piensas.

Se hizo un silencio.

—Te digo esto porque sé cómo es estar liado sexualmente con una persona —dijo, cabizbaja.

Oh, no.

—¿Estás enamorada de Aiden? —me horrorice. No pude evitarlo.

La pelirroja sacudió la cabeza en una negativa.

—No, pero si me gusta, mucho —noté que se le quebraba la voz—. Y me duele que el sentimiento no sea recíproco.

—Ay, Jude…

Se le salieron algunas lágrimas y la abracé. Me dolía mucho ver a mi amiga así. Ojalá haya una forma en la que pueda curar su dolor. Sin embargo, el dolor de un corazón roto sólo puede curarlo el amor propio.

Aiden me cae muy bien, aunque a veces discutamos por cualquier ridiculez. Lo considero mi amigo, es un buen chico como amigo, pero como pareja, es mejor mantenerlo alejado.

Y cuando Jude decidió enredarse con él sexualmente, le aconsejé sobre no abrirse mucho a él. Porque lo conozco, y no es que ahora esté interesado en una relación. Aiden no es así, no le gusta ablandarse a alguien.

Nos separamos y sacó un pequeño papelito para enjugarse las lágrimas, con cuidado de no arruinar su maquillaje.

—Soy una estúpida.

—No, no lo eres —me apresuré en aclararle—. Él estúpido es él por no darse cuenta que tiene una chica tan linda y buena en sus narices.

—Todo estaba bien —comenzó a decir—, no sé en qué momento me empezó a gustar.

—Uno no elige de quien se enamora.

—No estoy enamorada —repuso.

—Vale, pongámosle un aproximado —bromee.

Ella se rio.

—¿Crees que aunque sea le gusté un poquito?

—No te martirices así, Jude —le recrimine con suavidad—. No pienses en el que hubiera pasado.

—Es inevitable —se sorbió la nariz—. No sé, o sea, es Aiden, ¿cómo me puede gustar?

—Lo mismo me pregunto yo.

—Bueno, aunque tiene sus lados… lindos —comentó con expresión parcial—. A veces, después del sexo, íbamos a comer en unas carretillas de hamburguesa —se rio, recordando—. O nos quedábamos en cama conversando, yo echada en su pecho y el acariciándome el hombro —su labio inferior le comenzó a temblar—. De verdad creí que había algo entre nosotros.

Se puso a llorar de nuevo, y esta vez no se aguantó un llanto sonoro. Dios mío, iba a matar a Aiden, háganme acordar cuando salga de aquí.

Pasaron unos diez minutos hasta que sus llantos cesaron. Me sonrió con tristeza y se miró al espejo para retocar se el rímel y las sombras. También se pinto los labios. Tenía los ojos un poco llorosos, pero pasaba desapercibida.

—Deberías decirle como te sientes —le aconsejé.

Meneó la cabeza.

—No puedo —suspiró.

—Creo que a él le gustaría saberlo —insistí.

—Si claro, para que huya de mí.

—No va a huir de ti, Aiden… no es así.

—Si huye del amor, ¿por qué no huiría de mí?

No supe que decir ante eso.

Salimos rápido del baño y noté que los chicos estaban esperándonos con expresión irritada.

—¿Por qué demonios se demoraron tanto? —soltó Aiden en una postura odiosa.

Hoy no estaba de buen humor para aguantarlo.

—Es cosa de chicas, nada que te importe —le espeté.

Me gané una mala cara de su parte.

Landon si se dio cuenta el estado de Jude.

—¿Estas bien? —le preguntó, en un tono preocupado.

—Perfectamente —respondió ella con una sonrisa fingida—. Vamos a ver la película.

Nadie agregó nada más. Landon seguía teniendo sus dudas sobre Jude, Aiden estaba con una enorme sonrisa en el rostro y yo estaba con mi amiga dándole apoyo.

Si amas a alguien (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora