Proyecto Gaia

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Al abrirse la puerta un hombre de entre cuarenta o cincuenta se dejó ver, delatado por el cabello negro que visiblemente se teñía de canas y unos penetrantes ojos azules.

La menor manteniendo la sonrisa en un intento de parecer amable, le pregunto -buen día ¿es usted el señor Arima Kousei?-
El mayor le preguntó con una ceja levantada -eso depende ¿quién lo busca?-
La pelirroja está vez más seria dijo -que modales los míos, me presento, yo soy Fuyuka Uzumaki, soy por así decirlo la líder provisional de un clan casi extinto y vengo a proponerle un negocio muy beneficioso para ambos-
El mayor está vez más sorprendido dijo -entonces vienes en nombre del concejo de la aldea, y no quiero saber nada, y si fuese tu, también me alejaría, esas momias nunca tienen nada bueno que ofrecer- mientras hacia el ademán de cerrar la puerta. Pero la menor en un movimiento rápido puso uno de sus pies para evitar que lo hiciera.

La pelirroja un poco más persistente dijo -me temo que no vengo de parte de ellos. Vengo por mi propio pie. El concejo no está muy feliz con mis acciones-
El mayor asintió y dijo -hablemos adentro- abriendo nuevamente la puerta y haciéndose a un lado para permitirle el ingreso.

Fuyuka fue conducida hasta una pequeña sala de estar, en donde ambos se sentaron, ella puso la libreta en sus piernas mientras veía al mayor sentarse frente a ella.

A lo que él dijo -bien, te escucho-

Fuyuka sonrió y le dijo -primero quiero agradecerle por sus servicios en la aldea-
Fue interrumpida abruptamente por el mayor que le dijo -al grano niña-
La pelirroja se sentía cohibida, la presencia de ese hombre era amenazante, en más de un sentido, se sentía como la primera vez que estuvo frente al concejo, pero la gran diferencia radicaba en que él no tenía porqué escucharla, podría sacarla a patadas de su casa y ella no podría objetar. Suspirando se puso a observar a su alrededor la casa era realmente pequeña, la cocina, el comedor, lo que parecía una habitación, pues era solo un futon, todo estaba en la misma habitación, y había una puerta que suponía era el cuarto de baño.
Y si prestaba algo de atención podía ver algunas gotas de agua en el suelo, y lo que parecía algo de polvo de vidrio. Eso explicaría el ruido de hace rato, probablemente un vaso o plato roto mientras lavaba la loza.

Entre todos eso pensamientos volvió a la realidad al sentir la mirada despectiva del hombre frente a ella. Armandose de valor comenzó a decirle -realmente quiero poder ayudar a las personas que ya han servido al país, sé que no existe un plan para que puedan jubilarse o un seguro que les apoye en caso de secuelas. Sin embargo he estado diseñando un plan para que puedan solventar los gastos que tienen, ya sean para terapias físicas, psicológicas o de cualquier otra índole, mi plan es que ustedes tengan ganancias como si fueran shinobis activos-

El mayor viéndola incrédulo le dijo -suena muy bien si lo dices así, sin embargo, si fuese tan fácil, ya lo habrían hecho-
La menor con una sonrisa dijo -así, es pero nadie tiene mi capacidad para poder hacerlo-

El hombre levantó la vista al techo suspirando y dijo -te escucho-

La pelirroja le comenzó a contar el plan -realmente el plan es sencillo. Los shinobis inactivos, aún son capaces de usar ninjutsu, sin embargo no lo han enfocado en nada más que en el campo de batalla, cuando pueden tener muchos usos aún.
Uno de ellos, y el principal para este plan es la agricultura, Konoha mantiene tratos comerciales con aldeas vecinas para la sustentabilidad de la misma, sin embargo, hacer de Konoha una aldea autosuficiente traería problemas con el comercio internacional. Konoha ha sido principalmente la capital de los shinobis. Así que cambiar radicalmente sería peligroso. Así que de momento, los veteranos ayudarían a cultivar todo lo que tenga una demanda mayor, para que haya ganancias y no sea peligroso para toda la economía del país-

la hermana de NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora