el sello de la rama secundaria

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El tiempo paso, llegó el día, en el que el hermano menor del patriarca Hyuga sería sacrificado.
La pelirroja estaba bastante nerviosa, había decidido ir a ver al complejo Hyuga. No sé metió porque seria un suicidio con tantos byakugan. Entonces se escondió en un árbol cercano.

Todo parecía marchar de acuerdo al plan, vio al hombre salir del complejo, siendo escoltado por las calles de la aldea por shinobis de Kumogakure, iban por los lugares menos concurridos, ella podía sentir su sangre hervir, estaba muy enojada, esos shinobis llegaron con la intención de raptar a una niña pequeña; y era el padre de Neji quien debía pagar, eso no era nada justo, sintió un par de lágrimas bajar por sus mejillas.
Tenía tantas ganar de gritar, se sentía tan culpable, si solo, hubiera insistido un poco más para ponerle escoltas a los shinobis de Kumogakure, esto no estaría pasando, si hubiera convencido al hokage, si no fuera tan inútil.

Sentía su corazón agitado y las lágrimas que ya no podía detener.
Decidió que ya no tenía nada que hacer ahí, no quería ver como mataban a ese hombre, así que bajo del árbol, ocultando su presencia.
Pero su sorpresa fue escuchar a sus espaldas una vocecita infantil que decía - Fuyuka nee-chan, ¿qué haces aquí?-

Al darse vuelta, vio al pequeño niño que había conocido, Neji, quien le sonreía totalmente ajeno a lo que le pasaba a su padre.
Quería abrazarlo, pero sabía que iba a sospechar que algo malo había pasado, así que se contuvo.
Hizo lo posible por sonreírle, pero las recientes lágrimas habían dejado un rastro húmedo en su rostro.

El niño, bastante amable le preguntó -¿está teniendo un mal día?-
La pelirroja asintió diciendo -si, algo así-

El niño que llevaba una canasta con algunas cosas que no logró distinguir dijo -ven conmigo, sé de un buen remedio para los malos días- mientras acomodaba la canasta para poder llevarla en una sola mano, y así poder guiar a la Uzumaki con su mano libre.

La llevo dentro del complejo Hyuga, pero no a la casa principal, la llevo a las orillas del complejo, mientras abría la puerta, le iba diciendo que se pusiera cómoda.

Ella se quitó los zapatos para entrar a la pequeña sala de estar, y Neji iba a lo que creía que era la cocina con la canasta. Mientra decía que su padre le había pedido que fuera por unas cosas a la zona comercial. Nuevamente sintió el impulso de llorar, pero sabía que no podía llorar frente al menor, así que se mordió el labio, esperando que las lágrimas volvieran a sus ojos.

Estuvo viendo el lugar, era un bastante cálido, era pequeño y acogedor.
En eso pensaba mientras escuchaba que el menor hacía algo en la cocina.
En unos minutos, vio como Neji llegaba junto a ella con una bandeja pequeña, una tetera y un par de tazas.

Ambos se sentaron en el suelo, y la pelirroja vio con atención como el castaño servía dos tazas de té.
En cuanto acerco la taza a su boca y sintió su aroma pregunto -¿lavanda?-
El Hyuga sonriendo, contestó -si, mi padre dice que ayuda a relajarse, y es un buen remedio para los días malos-

La niña se rió y dijo -pero si tu bebes esto, te vas a dormir-
El niño confundido dijo -pero es de mala educación no beber té, con alguien que invitaste a tu casa-
La pelirroja sonrió y dijo -supongo que tienes razón-

Ambos bebían el té, hablando de varias cosas, pero pronto notó que el cabello largo del menor le molestaba cuando se movía, vio como intentaba acomodarlo y como era indomable.

La pelirroja sonrió y preguntó -¿necesitas ayuda?-
El menor se sonrojo un poco y dijo -si, a mi padre, no le dio tiempo de peinarme-

Fuyuka, de uno de los sellos de almacenamiento que tenía, sacó un peine, y dijo -ven, te ayudo a peinarte-
El niño se acercó a ella, y ambos se acomodaron.
La pelirroja comenzó a peinar el cabello de Neji, podía sentir las hebras enredadas.
Tenía el cabello muy bien cuidado, era suave y brillante.
Tras algunos minutos, de percató de que el niño se estaba quedando dormido.

la hermana de NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora