Trece

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Valkyrie solo le observo irse

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Valkyrie solo le observo irse. Estaba tan concentrada viendo como él se iba, que no se dio cuenta que Kisaki había golpeado a Takemichi en la cara, desmayándose en el acto.

Ella quería seguir le, pero esa mano tan grande le detenía. Draken no quería que hiciera una estupidez, él no quería que su amiga se lastimará más de la cuenta

Salió de su trance por fin, cuando vio como el chico de lentes se iba, dejando atrás al chico rubio desmayado en el suelo.

Se acercó a él, y le miro. Le esperaría hasta que despertará, ella era su niñera debía proteger le.

Todo el mundo se fue retirando del lugar, hasta solo quedar ellos dos y Mikey. Draken se tuvo que retirar.

Mikey se sentó al lado de Valkyrie, quien estaba arrodillada, con la cabeza de Takemichi  en su regazo, esperando a despertase el menor.

— Debimos haber hecho algo con Baji… — Valkyrie hablo mientras peinaba con sus dedos el cabello rubio de Takemichi, necesitaba un desestrés de sus pensamientos de culpa.

— Hmm... - Mikey le miro atentamente, ella nunca se mostraba tan desanimada hablando de ese amigo tan agradable de ella.

— No me hagas decirle nada,  Mic, yo… yo no puedo enfrentar lo… él, decidió esto… estoy igual de enojada que tú pero… yo no puedo, es mi culpa que pasará… yo te dije que lo perdonarás.

— Valkyrie, para...

— Yo fui la estúpida que te dio la idea.

— Rai… para

— ¡Mikey, nunca debiste seguirme el ayudó a lo detuvo hermano, carajo! No debes tomarme en serio fui una estúpida.

Mikey le golpeó la mejilla izquierda con la palma derecha abierta, fue tan fuerte el golpe, que la forma de la mano quedó levemente marcada en la piel de la pequeña chica.

Valkyrie se congeló, nunca había pasado eso, se llevó la mano hacia la mejilla golpeada, le había palmeado tan fuerte, que ni sentía la piel.

Su impotencia crecía y se convertía furia, se abalanzó sobre Mikey, tirándole al suelo junto con ella, no estaba pensando bien, sus emociones la controlaban. Le agarró de las manos, clavo sus uñas en las muñecas ajenas, y forcejeó con él.

Mikey luchaba para bajarla de encima y que le deje tranquilo.

Dieron vueltas, seguían peleando, después de unos minutos Mikey quedó arriba de la chica, mientras mantenía las muñecas presas entre sus manos, y sus rodillas apretando los muslos de la misma. No se llevaría ningún golpe de ella.

- Mikey, suéltame tonto rubio.

— Cálmate ya.

— ¡No! Tengo toda la maldita razón, ambos perdonamos a Baji pero estábamos mal ese loco siempre ha estado del lado del imbécil… Además, no te atrevas en golpearme. ¡Cuándo  ni si quiera te he  hecho algo, estúpido rubio sin cerebro!

Anger || Tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora