Dieciocho

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Ese día se reunió con los lideres de la Touman, había ido conjunto a su esposo, un tema importante había surgido

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Ese día se reunió con los lideres de la Touman, había ido conjunto a su esposo, un tema importante había surgido.

Estaban esperando a Mitsuya, Chifuyu y Takemichi, ella también esperaba a que regresara su marido, tenía la decencia de salir a fumar y no hacerlo en la misma habitación.

Sentía la presencia de Yuuka detrás de ella, él se había mantenido fiel a ella sin importar las circunstancias, le agradaba mucho, aunque sentía que algo le ocultaba.

Estaba tranquila, no esperaba que él la traicionara, sí lo hacia la muerte le esperaría.

Al cabo de unos minutos llegaron Takemichi y Chifuyu, dúo dinamita, según ella. Y iniciaron la reunión.

Sin embargo, no paso por alto los enfrentamientos leves que tenían los más antiguos miembros de Touman y los ex-Black Dragons, tan solo pensar en ese nombre le recordaba a él, la misma pandilla a la que pertenecía su hermano hace años atrás, la misma que se fusiono con ellos, después de pelear como niños, siguieron con lo que venían.

Por fin apareció él, su "amado" esposo se dignó en volver, el mismísimo Hanma Shuuji, también él era el padre de su hijita que tanto amaba.

Ya quería que la maldita cosa por la cual los llamaron acabara, quería ver a su hija. Con ese mismo pensamiento en su cabeza, comió un poco de lo que había pedido, con su típico vino al lado de todo, en tan solo 12 años ese alcohol se volvió su bebida favorita para cenar.

Y carajo, con tan solo unas pocas palabras hizo que el corazón de Iraira corriera como loco, era posible que hubiera traidores entre ellos, no era posible, todos eran quienes ella más confiaba como alguien podría hacer eso.

Se calmó levemente sorbiendo su vino, debía mantener se serena, vio como todos se estaban echando la culpa entre ellos, como un retorcido juego de la papa caliente, estaba por gritarles si no hubiese sido por la entrada que tuvo Kisaki en la sala.

Ese maldito inteligente hijo de perra.

Hizo una leve reverencia ante él, de todas formas, sin importar cuan mal le caía debía tenerle respeto. Fingía que si le era fiel a sus reglas cuando no. El mismo acto fue copiado por su acompañante Yuuka, ambos eran muy inteligentes siempre tenían un plan.

Kisaki rio antes de hablar les a todos: - Dejen las formalidades ostentosas, chicos.

Iraira sonrió mientras negaba con la cabeza, todo eso era fingido, escucho detrás ella una pequeña carcajada de Yuuka, pero era igual de falsa.

Ambos se querían largar, ninguno aguantaba a las personas que estaban en ese cuarto, las aborrecían, tal vez Chifuyu era la excepción, en el caso de Yuuka. Sin embargo, no era tanto a favor de Iraira, ella solo deseaba irse con la única persona que amaba.

- Takemichi, Chifuyu, Iraira, Yuuka ¿Podrían acompañarme?

Aceptaron, y siguieron al hombre de lentes. Yuuka no dijo nada y Chifuyu tampoco. Debían de ser cautelosos. Ellos ya sabían que ellos sabían.

Anger || Tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora