Después de ser expulsado de la preparatoria, Bakugo Katsuki es enviado en contra de su voluntad a la prestigiosa escuela U.A.
Al llegar se da cuenta que el ambiente es muy agradable y eso lo molesta.
Una noche se encuentra con unos ¿Pandilleros?
...
"Llama por favor Soy un cero a la izquierda Soy un globo sin gas Un barco en altamar Sin patrón a la deriva"
Alejandra Guzmán, poeta mexicana
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Izuku ya se encontraba fuera de la escuela y caminaba velozmente. Tenía una vorágine de pensamientos en la mente.
Primero estaba lo de Bakugo, se moría de vergüenza porque aquella noche en que lo conoció se comportó demasiado sugerente, su personalidad cambiaba mucho cuando se trataba de asuntos de la pandilla y se cuestionaba si se comportó demasiado zorra con el rubio. Además tenía que decirlo, por favor, ese tipo era terriblemente guapo y más viéndolo de cerca ¿No le dolería ser tan guapo? Dejando de lado sus fantasías, sabía que tendría que confirmar que el joven cumpliera su promesa, no podía arriesgarse a que todo se fuera a la mierda.
Lo segundo era la pandilla, normalmente se mantenía bajo las sombras y no hacían mucho más que vigilar la zona 16, pero desde que hubo rumores de contrabando de drogas en las zonas se habían mantenido investigando, muchas cosas no le cuadraban y su analítica cabeza no dejaba de darle vueltas al asunto. Gracias a la eficacia de su mano derecha, Shinso, había descubierto que el jefe de los Ravens tenía información. Ahora era cuestión de sacársela. Sabía que no sería fácil, así que llamó a la persona adecuada para el trabajo por si las dudas.
Antes de dirigirse a la casa que les servía de cuartel, pasó por la suya, saludó a su madre y se cambió de ropa. Sudadera azul con gorro, pantalones oscuros peligrosamente ajustados, tenis rojos y un cubrebocas negro.
-Muy bien, qué comience esta mierda.
Llegó 40 minutos después, a eso de las 20:30 horas a la casa. Ahí le esperaban algunos de sus compañeros.
-Jiro, Shoji, vayan a vigilar afuera.- ordenó al llegar. Y los mencionados obedecieron rápidamente.
Bajó al amplio sótano donde se encontraba Monoma atado a una silla , a su lado se encontraba Sero y Shinso miraba desde una esquina.
Cuando Deku entró en la estancia, Monoma le dedicó una mirada llena de rabia.
-¡MALDITO BASTARDO!
-Hey hey, cálmate Neito. ¿No te dije que nos volveríamos a ver? Yo siempre cumplo mis promesas. - Deku tomó una silla y se sentó frente al rubio.
-¡Cállate! ¡Yo no sé absolutamente nada.- Quiso moverse, pero Sero se lo impidió, irguiéndolo violentamente en la silla.
-Sabes que yo no actúo sin conocimiento de causa- Shinso se acercó y le entregó un teléfono celular a Deku, este le mostró un vídeo a su interlocutor.
-Este eres tú, recibiendo un paquete con 2 kilos de cocaína, sé que habían más drogas ahí, pero no pudimos encontrar más en su almacén.
