Después de ser expulsado de la preparatoria, Bakugo Katsuki es enviado en contra de su voluntad a la prestigiosa escuela U.A.
Al llegar se da cuenta que el ambiente es muy agradable y eso lo molesta.
Una noche se encuentra con unos ¿Pandilleros?
...
" Valor... ¡Valor! Ser gay en esta vida. Y el gay dirá: "que digan lo que digan". Si eres gay (si eres gay), Está bien (está bien), Qué te importa ¡si es tu vida! Sal de ahí (sal de ahí), Ven aquí (ven aquí), Tu destino es ser feliz."
Fragmento del poema barroco Pluma Pluma Gay.
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Desde que regresó a su casa después de haber hablado con su padre, Katsuki se sentía un poco más ligero. El tema de que le gustara alguien, una relación amorosa o los consejos de Masaru eran un terreno inexplorado para él. Sin embargo, había un tema que lo tenía particularmente preocupado, su sexualidad. Tenía que ser muy franco, antes de hacer cualquier cosa respecto a sus nacientes sentimientos por cierto joven peliverde, quería conocerse así mismo.
Durante esa semana en la que volvió a su hogar, estuvo acostumbrándose a su nueva rutina. Desde las clases en las que de vez en cuando se animaba a participar, hasta sus nuevos ¿Amigos? Que eran molestos como la mierda, pero a veces lo hacían reír. Después de clases y una hora antes del Club, se reunía a comer con Izuku, todavía no se animaba a darle el bento que le debía, era sigiloso, pues aún tenía mucho que arreglar consigo mismo, pero disfrutaba mucho de la compañía del joven, escucharlo hablar y reírse a su lado era suficiente por ahora. El Club iba de maravilla también, sus compañeros y profesor lo habían admitido por completo.
El único detalle extraño al respecto era que desde las 7 PM en adelante, Izuku desaparecía de la faz de la tierra, por lo cual casi nunca mensajeaban, sólo se veían al día siguiente, pero Katsuki se daba cuenta de que se encontraba cansado y hasta lo notaba estresado algunas veces cuando miraba sus mensajes o recibía alguna llamada. Intuía que era algo serio, era muy probable que sus sospechas de que era un pandillero fueran ciertas, después de todo lo vio pelear y además pudo apreciar de cerca unos golpes muy serios para ser producto de peleas casuales. Quería preguntar pero al recordar cómo había sido evadido el otro día, mejor lo dejaba de lado, no podía presionarlo, sabía lo que era ser malentendido y tratado como alguien violento porque sí, él no sería como todos y confiaría en Izuku.
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Dejando eso de lado, había comenzado una seria investigación al respecto de sus dudas. Partió paso a paso, desde lo más mínimo:
-Joder, esto lo vimos en la escuela, me siento estúpido... pero a la mierda, veamos...Organización Mundial de la Salud...
