Capítulo 4: La doble vida del nerd y la promesa de dos bastardos

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"Los tiempos de Dios son perfectos"

-Cualquier vato mamador después de terminar una relación

No podía engañarse, Katsuki no dejaba de pensar en el joven guapísimo que había conocido en unas circunstancias tan particulares

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No podía engañarse, Katsuki no dejaba de pensar en el joven guapísimo que había conocido en unas circunstancias tan particulares. En su vida no había experimentado ningún tipo de interés en nadie, ya que lo consideraba negativo.

Todos se iban en algún momento.

Pero sorpresa, ahí se encontraba pensando en ese pandillero ensangrentado de pícara sonrisa.

Se lavó la cara aquel lunes por la mañana, se dio un par de golpes en las mejillas para despertar de sus fantasías y entonces se alistó para ir a la preparatoria.

No podía desaprovechar la oportunidad que el director le había dado (ni tampoco la salvada de culo del sexy peliverde), de una vez por todas terminaría la puta prepa.

Cuando se adentró en su destino, el ambiente seguía igual de nauseabundamente alegre que siempre, pero podía escuchar como algunos murmuraban mientras lo veían pasar, otros le daban miradas fugaces de desaprobación. Ahora tenía bien claro que en aquel lugar no era bien vista la violencia y eso le relajaba un poco, si mantenía su boca bien cerrada y se aprovechaba de su mala fama, lo dejarían en paz.

Al entrar al salón de clases, en ambiente era terriblemente tenso, los murmullos se intensificaron y pudo sentir la mirada penetrante de su estúpido compañero pelirrojo. Había practicado mucho lo que haría, quizá se arrepentiría, pero ante todo era un chico que reconocía sus errores. Así que dejó su mochila en el asiento y se acercó a la chica pelirosa, de inmediato y como se esperaba, Kirishima se levantó rápidamente hasta interponerse en el camino del rubio.

Justo cuando iba a comenzar otra pelea, Kirishima vio una mirada determinada, más no agresiva en el rostro contrario.

-Perdón por lo del otro día, extras. Sólo manténganse alejados de mí si no quieren problemas.

Era una disculpa malísima, pero no podía hacer más. Además no quería dar pie a que lo siguieran molestando.

-Si les hace sentir mejor, el anciano me castigó por el resto de la preparatoria, así que todos los demás ya dejen su puta hostilidad.

Sin más se sentó ante las miradas sorprendidas de sus compañeros.

Kirishima y Mina se miraron, pudieron comprender ligeramente la situación. Él no era violento, sólo era solitariamente agresivo. Entonces sonrieron.

Pasaron las horas y para la paz mental de Katsuki el ambiente se había relajado. Cuando llegó la hora del almuerzo, los tres idiotas se acercaron.

Con una mierda, estos tipos.

-Buen provecho, Katsuki.-dijo Mina.

-Come bien, bro.- dijo Kirishima.

-Ojalá que no te de diarrea, amigo.- dijo Denki.

¡Se bueno, Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora