Capítulo 18: El domador se presenta

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"Somos novios
Pues, los dos sentimos mutuo amor profundo
Y con eso ya ganamos lo más grande de este mundo
Nos amamos, nos besamos
Como novios, nos deseamos
Y hasta, a veces, sin motivo
Y sin razón, nos enojamos"

Fragmento de la composición "Somos novios" en la voz de Armando Manzanero (hay una de Luis Miguel pero no me gusta JAJA).

Fragmento de la composición "Somos novios" en la voz de Armando Manzanero (hay una de Luis Miguel pero no me gusta JAJA)

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Izuku trataba de mantener la mente despejada y tranquila mientras manejaba con tranquilidad nuevamente. El auto no se había despegado de la retaguardia del suyo, por el retrovisor podía ver a dos personas, el conductor y el copiloto, pero las máscaras blancas no dejaban ver sus rostros.

-Mierda.- masculló Izuku al ver que llegaban a una amplia avenida con poca presencia de vehículos.

Habían pasado 20 minutos desde que Katsuki se bajó del auto, ¿Cómo podría salir de esta situación? Y en el camino debía investigar, ¿Un enfrentamiento frente a frente? No quedaba más.

Frenó en seco cuando no vio ni un automóvil y el auto detrás suyo también lo hizo. Izuku bajó y se plantó frente a sus perseguidores.

-Terminemos con este juego, ¿Por qué no charlamos un rato?

Katsuki sentía el sudor acumularse en su frente, no faltaba mucho para llegar a su destino

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Katsuki sentía el sudor acumularse en su frente, no faltaba mucho para llegar a su destino. Se sorprendió cuando estuvo frente a una gran casa de fachada desgastada y mal pintada. Tocó la puerta, el nerviosismo y la ansiedad lo llenaban.

Al abrirse, Shinso apareció.

-Entra rápido, Bakugo.

Al entrar el lugar se componía de una amplia sala, con varios sillones y un escritorio, un pasillo conectaba con la cocina. El piso de arriba estaba oscuro y no podía distinguir nada.

Katsuki pudo ver a todos los tipos del lugar nerviosos y apurados. En una mesa al centro de los sillones tenían planos de las zonas, y discutían. Otro par tenía la cara metida en sus computadores. Pudo ver unos rostros conocidos, sin embargo, todos estaban tan ocupados que prefirió cerrar la boca.

¡Se bueno, Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora