Después de ser expulsado de la preparatoria, Bakugo Katsuki es enviado en contra de su voluntad a la prestigiosa escuela U.A.
Al llegar se da cuenta que el ambiente es muy agradable y eso lo molesta.
Una noche se encuentra con unos ¿Pandilleros?
...
"El color de tus ojos Despertó mi interés Y solo tengo ganas de verte otra vez"
El color de tus ojos, banda MS
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Podía ver la carretera por la ventana mientras escuchaba música, a su lado, su padre manejaba.
Katsuki iba a pasar desde el domingo hasta el lunes (día feriado) en casa de Masaru, ya que su madre seguía sin aparecer. Ninguno de los dos se atrevía a llamarla, era un poco cansado.
Constantemente la mente de Katsuki viajaba a sus recuerdos del día anterior, había muchos nuevos sentimientos que estaba asimilando. Primero debía admitirlo, le agradaba estar con ese chico, aunque era muy impaciente, quería seguir escuchándolo y lo mejor era que sentía la confianza de conversar y preguntar cosas sin miedo. Todo eso lo ponía ¿Feliz? No se daba cuenta que en ese momento tenía una sonrisa de lo más tonta en el rostro, hasta su padre lo miraba con curiosidad.
Pero había algo más, tenía miedo. Sabía que apreciar a alguien era doloroso, lo había visto con sus padres y sus propias experiencias no eran las mejores. También se sorprendía de lo mucho que se preocupaba por el chico de cabellos verdes, quería saber porque alguien tan dulce peleaba y aparecía golpeado de repente.
Cuando llegaron a la casa del señor Bakugo, Katsuki se instaló en la habitación de invitados y siguió pensando, ¿Qué es lo que sentía por el nerd? ¿Gratitud? ¿Curiosidad? ¿Amistad? Suspiró y se cubrió los ojos con el brazo.
-¿Hijo? ¿Estás bien?- su padre estaba parado en el umbral de la puerta y tenía el semblante preocupado.
-¿Ah? Sí, viejo.- se sentó para verlo mejor.
-Quiero hablar contigo, ¿Podemos ir abajo?
Katsuki asintió, no se preocupaba mucho realmente al tener una conversación con su padre, él era quien siempre lo escuchaba y orientaba, pues su madre muchas veces sólo no sabía qué decir.
Ambos se sentaron a la mesa con un par de tazas de café. Masaru comenzó:
-Hijo, ¿Volviste a discutir con ella?- el joven asintió- ya veo...¿qué opinas de lo que hablamos la última vez? No debes preocuparte por tus estudios, puedo conseguir que te transfieran aquí a Shiketsu. Sé que ya estás muy cerca de ser mayor de edad, pero hijo, no quiero que estés solo.
El hombre estaba muy preocupado, si bien Katsuki no era un niño, siempre había estado muy solo. Desde que se divorció de su esposa hace dos años y se fue a trabajar lejos sabía que su hijo pasaba mucho tiempo solo y que a veces Mitsuki era muy hiriente. Si Katsuki se quedó con ella fue porque no le gustaba la idea de dejarla sola, era su madre y la quería. Pero el mes pasado llegó a su límite y le pidió a su padre llevarlo con él, sin embargo, Mitsuki lo inscribió en la U.A.
-Sobre eso...creo que estoy bien ahora.- Katsuki miró a su padre confundido-.Yo...bueno, me conoces, tengo un carácter de mierda y odio la U.A.- el rubio relajó completamente y sonrió.
