Capitulo 32

2.3K 193 40
                                    

Se despertó por los incesantes ruidos ¿qué pasaba afuera? Se incorporó con los ojos hinchados por el llanto, desde hace días no se había podido comunicar con Yoongi, estaba solo en una habitación. No sabía nada sobre sus hermanos, y cada hora temía más que estuvieran muertos.

Oyó golpes en su puerta, eran demandantes y bruscos, exigiendo que abran sin tener que decir palabra. Se paró con rapidez para caminar hacia allá, esperando no ser golpeado nuevamente.

San, quien era su secuestrador y alfa de esa mística manada, le había dicho que los demás tenían derecho a hacerle lo que quisieran con tal de no embarazarlo, porque el único que podía hacerlo, era él.

Era tan enfermizo. Le daban ganas de vomitar cada que pensaba en ese mal nacido.

—¿¡Por qué te demoras tanto?!— Gritó el fornido hombre mientras lo empujaba, tropezó con sus pies y cayó al suelo, soltando un pequeño quejido, estaba débil y ya no podía ni defenderse de los abusos de aquellos hombres—. Estás tan débil, me da mucha gracia verte así y cuando recién llegaste estabas tan huraño y energético.

No podía más, quería matarlo, ese mismo hombre había ido cada que podía con Jimin para humillarlo, golpearle y encima luego deseaba seducirlo.

—Déjame en paz—. Escupió Jimin levantándose del piso, no quería seguir mostrándose débil ante un hijo de perra.

—No te voy a dejar en paz hasta que seas mío. Y hoy es el día.

Él omega sabía que no bromeaba, esa mirada decidida y lujuriosa, estaba tan seguro y orgulloso de hacerle daño. Tuvo miedo, sintió sus músculos congelarse y su respiración volverse entrecortada, sudó frío cuando el hombre se acercó.

—¡Le diré a San!— gritó esperanzado a que el miedo lo pare como anteriores veces.

—No está aquí, lamentablemente.

Jimin en ese momento no pudo hacer más que alejarse de él, gruñendo en advertencia. No podía hacer nada más que pelear contra ese orangután, como lo odiaba. Respiro hondo cuando lo observó acercarse.

Cerró su puño agarrando la sábana y la tiro en su rostro, desorientándolo por pocos segundos que sabía que iban a salvarle la vida. Acercándose con rapidez, le dio una patada en el estómago, que lo hizo perder el aire y caer al suelo, afortunadamente todavía seguía luchando con la sábana. Tomó una de las macetas del tocador, sin pensarlo dos veces, se posicionó encima de él, y la tiró sobre lo que intuía era su cabeza. El cuerpo dejó de moverse.

—Voy a salir de aquí con vida, bastardo.

Una mano agarró su tobillo.

Mierda.

Fue tirado al suelo, soltó un gruñido de dolor cuando cayó encima de su hombro, le acertó una patada en la mano, haciendo que se aleje unos centímetros.

Calma, calma, Jimin.

El hombre pudo librarse de la sábana, riendo como un idiota mientras se le teñían los dientes de rojo. En realidad, todo su rostro se veía rojo. Le había roto la cabeza con la maceta, pero no había sido suficiente.

Chocó contra la pared, buscando con la mirada algo que pudiera servirle de arma nuevamente, y lo encontró, pero estaba del otro lado de la habitación y tenía que pasar por el lado de ese gorila enojado.

El hombre, quien estaba furioso, arremetió contra él, no pensaba en nada más que matarlo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el más pequeño tomó impulso con la planta de los pies contra la pared y salió disparado un metro, gateó lo más rápido que pudo mientras escuchaba las maldiciones del otro detrás suya.

Faltaba poco, solo unos centímetros más y podía tomarlo. Sí, estaba ahí. Si lo hacía bien, iba a salvarse, tenía que matarlo. Tenía que volver con Yoongi.

Nuevamente, y con el corazón en la boca, su tobillo fue alcanzado, y él soltó un grito de frustración—. ¡SUELTAME, MALDITA SEA!

Se agarró con fuerza del piso de madera, tanto que sus uñas se incrustaron en ella. No podía, no podía rendirse. No aún. Fue jalado pero sus uñas según firmes en la madera. Le dolían horrores, podía ver la sangre en su palma. Pero no, no.

Un tirón fuerte amenazó con soltarlo, el gorila maldecía y solo le recordaba todo lo que le haría, vivo o muerto.

—Ya te dije que te sueltes ¡MALDITA ZORRA!

Un tirón lleno de fuerza y rabia, era tal que si se soltaba podía llegar hasta su perpetrador, y Jimin, aceptó la ayuda.

Fue jalado y esta vez, no tenía miedo de estar a punto de morir. Estaba sonriendo porque sabía que había ganado, sabía que iba a salir de aquel maldito lugar.

—Te dije que saldría vivo.

No hubo respuesta, aquel hombre no podía ni siquiera pronunciar palabra ¿por qué?

Estaba ahogándose en su propia sangre por un pedazo de florero incrustado en su cuello, tenía los ojos titubeantes de dolor, enojo, frustración y miedo. Porque la última cosa que había visto vivo, era al omega Park Jimin, con la cara manchada de su sangre, sonriéndole. Esa sonrisa, que podía decir mal de mil cosas pero solo podía expresar una en ese momento.

Te he ganado, hijo de puta.

¡Hola! Perdón por haber desaparecido tanto tiempo, todavía es bastante complicado escribir esta historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡Hola!
Perdón por haber desaparecido tanto tiempo, todavía es bastante complicado escribir esta historia. La hice en años donde no estaba bien, ni conmigo misma ni con mi entorno. Era una persona diferente a lo que soy ahora, y es por ello que me cuesta seguirlo, no es que no pueda. Por eso tome la decisión de terminar la historia como se debe, por ustedes más que todo. No podía solo cancelarla, porque no  merecen eso, debo agradecerles por sus comentarios y votos, porque si son importantes para mí.

Daré un gran esfuerzo, pero definitivamente les daré un gran final, así logrando cerrar una etapa de mi vida de paso, muchas gracias por todo el apoyo recibido hasta ahora<3

Los quiere,

MinSwxgDT.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 19, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Él es mi Alfa?[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora