Capítulo 10

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—Jin, por última vez, no le llenaremos el auto de pica pica y plumas. Es demasiado infantil—. Jin resignado se sentó en el sillón formando un puchero y cruzando los brazos. Min debía pagar por lo que hizo ¿acaso ponerle pica pica no era una buena manera de hacerlo? —. Hablemos con Hoseok, eso es, tú sabes que él nos escuchará y Min quedará mal ante los ojos de su padre.

—Joonie ¿te olvidas de cómo es Hoseok? Te recuerdo que una vez también engañó a Hye Jin y con nuestro sobrino, así que no podemos decirle nada. Mi idea era genial ¿por qué no usarla?

Nam rodó los ojos y negó, su pareja podía ser muy seria y madura para algunas ocasiones pero a veces le sorprendía lo infantil que llegaba a ser, claro que no le molestaba pero vengarse debía ser algo más planeado. Su cachorrito Jimin estaba sufriendo sólo en su habitación porque ambos sabían que sí le preguntaban algo o le hablaban él trataría de negar todo. Todo con el fin de no preocuparlos.

Pero ya estaban preocupados y con sed de venganza.

—¿Sabes qué? Tú y yo iremos con nuestro Segundo al mando y dos deltas hasta la casa de Min y punto. Llama a Mark, lo quiero con dos buenos deltas en la entrada de la manada en cinco minutos.

Jin suspiró y asintió llamando de inmediato a Mark el cual accedió sin decir nada, NamJoon aviso a Mamá Julia que ambos saldrían y que, obviamente, ella quedaba a cargo de la casa.

Fueron en auto hasta la entrada y ahí encontraron a los tres personajes esperados, Mark Lee, su Segundo al mando, y los deltas más sobresalientes de sus tierras, Ten y Taeyong. Los tres esperaban pacientes la llegada del líder y cuando sus ojos captaron el auto de Park a lo lejos se pusieron en posición de escuchar al mando mayor.

La camioneta estacionó sólo cuatro metros antes de atropellarlos y bajaron los dos serios pero no enojados o estresados. NamJoon junto a su omega llegaron delante de los tres reclutas y estos saludaron formales, sin embargo, Nam les pidió informalidad pero seriedad.

—Esto es confidencial, nadie se debe enterar de lo que haremos ¿me oyen?— los tres mandados asintieron con decisión y Park sonrió—. Antes que nada llamen a Christa, nuestra fronteriza más rápida, y dígale que vaya hasta la mansión Min y averigüé si es que Yoongi está ahí.

El segundo al mando hizo lo pedido y pronto los cinco se encontraban en espera de una respuesta por parte de la menor. Christa era una beta, su olor era algo peculiar puesto que no era descrito por algún objeto, era por una emoción, ella olía a adrenalina y por inercia NamJoon siempre le asignaba las tareas más ágiles, cautelosas y rápidas ya que la rubia siempre fue extremadamente rápida. Tenía sólo dieciocho años y el Líder de manada confiaba en ella más que en otros reclutas con mayores cargos. Algo envidiable para los demás.

Tan pronto como vieron a la rubia correr hacia ellos se prepararon para salir, no tardaría más de un minuto en dar el reporte para luego volver a su posición. A la distancia de dos metros paró y dio una reverencia a sus superiores, tras una mirada seria asintió y los presentes supieron que Min se encontraba en casa.

—Gracias, Christa. Impresionante como siempre—. La rubia sonrió agradecida por el halago, el Omega líder siempre era tan bueno con ella que le era difícil no sonreír ante su presencia.

Tras despedirse los cinco subieron al auto y Mark condujo hasta el territorio Min, lo cual no duró más que media hora y cuando cruzaron la entrada y se identificaron como líderes y miembros de la manada Park fueron aceptados para entrar al territorio.

NamJoon siempre se preguntaría cómo es que la pequeña Christa entraba sin que se dieron cuenta, puesto que su cabello era muy llamativo y no se camuflaba con las casas o árboles.

¿Él es mi Alfa?[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora