Capítulo 22

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—Jungkookie, te quiero mucho ¿lo sabes, verdadcito?—. Tae ahora con el cabello negro le hablaba a su alfa mientras ambos estaban acostados en la cama después de ver películas y jugar a UNO, lo cual consiguió que se pelearan logrando que el omega puteara al castaño haciendo que se resienta—. Ya pueees, no me ignores. Si no me perdonas me mato.

Re dramático el peli negro pero sabía que así bromeaban, igualmente a su alfa le dio el momento de estupidez y se la creyó haciendo que voltee rápido y abrazara muy fuerte a su novio mientras le decía que también lo quería—. Teper d0no pero debes darme algo a cambio—. La mirada pícara en los ojos de Jeon fue obvia para su omega quien captó la indirecta a la primera, sin embargo, él tenía otros planes.

—¿Qué tal si te doy un cachorro a cambio?

—qué—. Jungkook quedó en shook ¿qué tenía qué ver un cachorro con hacer el amor?

—Que si te doy un cachorro a cambio de que me perdones.

Jeon seguía sin entender.

—Que estoy embarazado, animal—. Soltó Taehyung ya medio frustrado de que su alfa sea medio tonto.

—Qué.

🌙

Los hermanos menos de Jimin empezaron a tener profesores de refuerzo en casa para distintas áreas, lo que significaba que habría paz pero al mismo tiempo debería quedarse encerrado en su habitación porque antisocial sí era y no quería que una personas extraña lo viera en pijama. Quiso llamar a Yoongi pero recordó que estaba ocupado con asuntos de la manada y eso era su prioridad, tampoco sería caprichoso de tenerlo solo para él, su segunda opción era Jungkook o Taehyung pero sabía que seguramente los dos estarían juntos y no quería molestarlos. Realmente no conocía muchas personas fuera de ellos.

Frustrado apagó su celular, se acercó a su computadora prendiéndola y buscando información sobre la historia de corea pues tenía tarea en la universidad, investigó un poco, puso imágenes y envió el correo a su profesor. Se supone que seguiría estudiando para exámenes que tenía en otros cursos pero después de casi dos horas no sabía cómo había llegado a Club Penguin y tenía más de 3000 monedas, 4 puffles y un iglú muy bien decorado. Se decepcionó de sí mismo por perder tanto el tiempo, negó y cerró el juego queriendo regresar al celular hasta que escuchó su estómago sonar debido al hambre, se frotó la zona y realmente se cuestionó si es que valía la pena conocer en pijama a un extraño solo porque tenía hambre.

Y resultó que para Jimin, no valía la pena, así que se aguantó el hambre durante media hora hasta que recibió una llamada de su enamorado, quien supuestamente estaba ocupado.

—¿Jimin, estás ahí?—. Preguntó con la voz ronca su próximo alfa.

—Yup ¿qué pasa, hyung?

—¿Puedes comer algo, por favor? Estoy en una reunión sintiendo tu hambre y también me da hambre, tonto.

Jimin se sonrojó y asintió cortando la llamada, miró su atuendo, unos pantalones holgados de algodón y una polera negra oversize. Se puso unas pantuflas y bajó colocándose la capucha, apenas pudo divisar algo pudo ver a sus hermanos sentados en la mesa junto a un joven que le daba la espalda pero se veía pulcro y bastante ordenado a parte de alto, tal vez un 1.80.

Cuando sus dos pies tocaron el primer piso el invitado se volteó dejándose ver logrando que Jimin se sorprendiera por lo tierno que era, parecía un conejo muy lindo. Se sonrojó cuando saludó y eso le gustó a Jimin, le parecía un chico tierno así que sonrió devuelta y se encaminó a la cocina para prepararse algo.

Un simple sándwich de jamón y queso junto a un jugo de naranja que disfrutó al 100% en la cocina solo porque le daba vergüenza salir con el plato en la mano. Salió de la cocina siendo sorprendido por el chico alto que lo esperaba de pie al lado de la mesa.

—Hola, soy Soobin, profesor particular de tus hermanos—. Saludó amable.

—Me llamó Jimin, cualquier travesura que hagan me avisas, un placer conocerte, iré a estudiar—. Sonrió alegre el universitario. Subió nuevamente las escaleras y se encerró esta vez sí a estudiar durante una media hora pues fue interrumpido por el timbre de la casa sonando, no le tomó importancia hasta que escuchó la voz de su dongsaeng alfa llamándolo. Lanzó un pequeño gruñido de molestia y bajó nuevamente las escaleras encontrándose con una sorpresa.

—Yoongi hyunnnngg—. Corrió hasta los brazos de su alfa y se subió encima de él logrando que su mayor soltara el regalo que le llevaba. Se lamentó mientras abrazaba a su omega pero igual disfrutó tenerlo tan cerca.

Se dieron unos pequeños besos hasta que Jimin se bajó disculpándose por haber arruinado el pastel que su enamorado le llevó. Ambos se dirigieron a la sala, Jimin cayó en cuenta que el chico y sus hermanos seguían ahí logrando avergonzarse mientras su alfa reía burlándose de él. Park hizo las respectivas presentaciones y subió a su habitación junto al mayor para comer su pastel en paz mientras hablaban sobre temas triviales.

—¿Entonces tu amiguito dejó de ir a la escuela, así sin más?—. Preguntó el alfa intrigado, algo no estaba bien, Jimin quien no parecía preocupado asintió todavía comiendo—. Curioso...bueno, Jimin ¿qué tal si vienes a darme mimos cuando termines?

Jimin dejó de comer para articular un sí con la boca llena que logró sacarle una carcajada al mayor cuando vio que se cayó un trozo de pastel de la boca de su omega. Este se sonrojó y le pegó tratando de que olvidara lo que acababa de pasar.

—QUE VERGÜENZA OYE, pena me das—. Dijo el lobo de Jimin dentro de él.

Jimin le mandó a callar y siguió comiendo, ambos estaban felices. Pasando momentos en pareja, como tanto habían deseado. Ya no habían mareos ni vómitos, tampoco desmayos, ninguno hacía algo que al otro no le gustara.

Se acurrucaron esa noche, escucharon música hasta tarde y conversaron sobre sus gustos musicales, sobre sus experiencias en los ámbitos estudiantiles y laborales, sus primeras veces y hasta sobre sus padres. Jimin fue el primero en caer dormido, estaba aprisionado por el brazo del mayor en su cintura, sus piernas estaban enredadas y sentía el pecho del mayor en su espalda. Su respiración se volvió profunda, totalmente serena y Yoongi sonrió otra vez, esa sonrisa cálida y llena de amor que nadie más que Jimin iba a recibir.

Pensó en ellos. En el futuro. En un futuro a su lado, con cachorros y mucho amor, él de verdad amaba a Jimin. No podía pensar en nadie más que su bolita de azúcar, en su perfecto novio y dueño de su corazón. Reforzó el agarre en la pequeña cintura del menor y pronto su sonrisa se volvió floja hasta quedar en una expresión pacífica, ambos habían caído en la inconsciencia. Soñaron con distintas cosas, uno con el amor de su vida en una viaje por su luna de miel y el otro con su pareja en una gran casa con cachorros. Hasta en los sueños veían al otro y no lo sabían.

La noche pasó, las tonalidades del cielo comenzaron a esclarecerse mientras los pájaros comenzaban a cantar y los ruidos de las personas que madrugaban para irse a trabajar o estudiar ya se podía escuchar. Ah, como deseaban haber tenido esa paz.

Aunque sea un día más.

Nadie se lo esperaba, eran apenas las siete de la mañana de un sábado. Un trágico sábado que cambiaría la vida de muchas personas.

La guerra ya comenzó.

¿Él es mi Alfa?[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora