•Capítulo 1•

31.9K 2.7K 1.2K
                                    

Un día como cualquier otro para el joven omega, su cabellera toda despeinada cautivó a más de un Alfa en si llegada a la elegante velada. Pues al entrar junto a su familia fueron bien recibidos y adulados por su presencia y atuendos.

Pero antes de eso, volvamos al principio, cuando el joven Park llegaba a su institución educativa.

—¡VAMOS, PARK! No seas aburrido, solo saldremos un par de clases y luego volveremos.

Su mejor amigo, Jungkook siempre estaba a su servicio en caso de que lo necesitara pero el menor, era un chico rebelde y hormonal como cualquier Alfa joven, cuidaba de sobre manera a su hermano de otra madre, Jimin. Una de sus más grandes anécdotas es cuando se conocieron, Jimin paseaba solo por un parque cercano a la ciudad y de la nada llegó un lobo corriendo velozmente, corría tan rápido que casi choca con el joven Park y para impedirlo saltó encima del mismo para evitar más accidentes, lamentablemente la acrobacia no salió como esperaba y con un tobillo torcido tuvo que llamar a su padres desde el teléfono celular del en ese tiempo rubio. Jungkook tenía quince años recién cumplidos por lo que era una de las primeras veces en las que se transformaba, con el tiempo perfeccionó sus pasos, saltos y ataques, y cuando toda esta historia sucedió, el castaño tenía dieciocho años y siendo igual de codiciado que su mejor amigo seguía sin tener un omega.

—No, Kookie. La otra vez me escapé y me castigaron, yo sí quiero salir a relajar las patas, no como tú que podrías encerrarte de por vida y vivir feliz con un celular.

El castaño ladeó la cabeza mientras alzaba los hombros y hacia una pequeña mueca de desinterés, Park rió por aquello y el menor habló.

—Pues sí, seré un Alfa pero no dependo mucho de mi lado animal, es decir, Jungkook lobo está tranquilo sin dominarme, así que no tenemos problemas.

—Tienes razón.

Sin decir más se adentraron a su aula sentándose juntos pues, nadie se atrevía a ocupar su puesto, atrás y en la esquina era su sitio favorito, Jimin y Jungkook era muy conocidos como pareja aunque la realidad fuera otra, casi siempre andaban juntos y si no lo estaban, Jimin tenía otros amigos omegas con los cual pasar el rato al igual que Jungkook tenía su grupo conformado por alfas mayores que él.

—¿Entonces no iremos?

Jimin rió sarcásticamente y negó, el profesor no tardó en llegar y comenzar su clase sin importarle lo que hacían o no sus alumnos. Jungkook, como siempre quedó dormido con los brazos cruzados usándolos como almohada, el sueño podía con él hasta que abruptamente sintió un olor atrayente y sumamente adictivo, lo olisqueó un par de segundos y subió la vista queriendo reconocer al individuo que soltaba aquel dulce aroma, ahora a helado con chispas de chocolate, dedujo que era alguien un poco infantil por el olor pues este también desata la personalidad de quién brinda el aroma. Su mirada buscó rápidamente al poseedor del aroma pero este ya se había desvanecido. Frunció el ceño al notarlo y con una mueca resentida y molesta volvió a recostarse, cayendo inmediatamente en un sueño profundo.

No había nada mejor que sentirte completo con aquel atrayente olor, el olor a pareja predestinada.

Jimin miró a su mejor amigo algo resentido y posó su mano en la espalda del mismo para luego sobarla lenta y dulcemente, el castaño casi ronroneaba por lo cómodo que se sentía pero al no sentir más el tacto de su mejor amigo volvió a despertar. Lo miró confuso y este se encontraba con el codo en la carpeta mientras su mano reposaba en su mentón acunando su mejilla. Para Jungkook no había ser más lindo y tierno que su mejor amigo, pues era uno de los únicos en verlo en todos sus sentidos, triste, feliz, miedoso, inseguro, excitado, entre otros más y sabía que él omega estaba inquieto por alguna razón.

¿Él es mi Alfa?[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora