Ser sexi no es lo mío

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Capítulo (6)


ANNA:

Me concentro en mi examen y no le presto ninguna atención a John. Me siento un poco mal por hablarle de una manera tan inflexible, pero él mismo se lo buscó. Piensa que Vanessa no me mantiene al tanto de sus acciones, y le doy gracias a ella por ser la mejor amiga del mundo y nunca dejarme tomar malas decisiones. Soy consciente de que Vanessa es una cabra loca; sin embargo, nunca me ha defraudado. Ella es la mejor.

Después de terminar mi examen, me dirijo al parque y me siento a esperar a Vanessa. Creo que la prueba estuvo muy difícil para ella. Quería ayudarla, pero ¿cómo, si la maestra me mandó al final del salón? Solo espero que le haya ido bien.

Me relajo y trato de leer un buen libro para disminuir mi inquietud por Vanessa, cuando, de pronto, escucho pasos que se acercan lentamente. Trato de no prestarles atención y me enfoco en mi libro; de todas formas, no soy muy sociable, y es muy difícil que alguien venga a hablar conmigo. Seguro irán a hablar con otra persona. Espera, soy la única que está sentada en este parque, no hay nadie más.

En un abrir y cerrar de ojos, siento que una mano grande y áspera toca mi pelo de una manera muy brusca, como si yo fuera un objeto. Trato de voltear, y cuando lo hago, vaya sorpresa que me llevo...

—Harry, ¿qué haces?

—Hola, muñeca.

Ahora sí realmente estoy asustada, porque Harry es uno de los playboys más reconocidos en la institución. Está en mi salón de clases y siempre es conocido por ser el macho alfa y conseguir todo lo que quiere. Sus acosos sexuales, bullying y depravación los saben todos, y nadie nunca hace nada. Los maestros hacen lo que él quiere porque sus padres son unos de los que más invierten en ayuda para la institución. Además, son muy reconocidos socialmente por su gran fortuna.

Por esta razón y muchas más es que Harry hace lo que le da la gana, y nadie nunca puede decirle nada. Es más, la institución esconde cada una de sus depravaciones y permite que el muy idiota haga lo que le plazca. Esos vendidos permiten de todo a cambio de dinero. Maldita sociedad materialista.

Me quedo pensando sobre la actitud de Harry hacia mí en estos momentos. Siento que me mira y toca mi pelo morbosamente, como si quisiera devorarme en pleno parque. Realmente estoy asustada y me doy cuenta de que mi vestimenta llamó su atención. Él nunca se percató de mi presencia, y aunque estuviéramos en la misma aula, siempre me consideró como el patito feo del salón. ¡Cómo desearía tener mi ropa de monja en estos momentos!

—¡No me toques! —exclamo en voz alta.

—Querida, necesitas un hombre que te haga gritar de pasión. Apuesto a que aún eres virgen.

No me quedó de otra que responder "no soy virgen". Lo hice porque a Harry le encantan las chicas sumisas y vírgenes, para poder ser el primero aunque fuera a la fuerza. De todas formas, su sucio dinero compra hasta el silencio de las víctimas.

—No me llames querida, ¿no ves que estoy leyendo? Aléjate —trato de hacerlo irse.

—Me gustan las chicas sumisas, pero veo que eres especial. Me encantan las perras mal habladas también.

—Sí, soy una perra mal hablada, y si sigues tocando mi pelo, te juro que empezaré a gritar como una loca.

Harry, al ver mi resistencia, cerró mi boca con su brusca mano y me llevó a un aula vacía. Tuve la desdicha de estar en exámenes finales y casi no había nadie en la institución, así que me esperaba un mal final.

Veo que dos estudiantes de otro grado me miran y pido ayuda usando mis gestos, pero no tratan de hacer nada; siguen su rumbo y evitan meterse en problemas. A veces, las personas son muy insensibles e ignoran los problemas de los demás.

Las ventanas están cerradas y el aula está desolada. Parece que todo está a favor de Harry. Trato de esforzarme por escapar, pero mi resistencia no sirve de nada, porque Harry es muy grande y fuerte. Veo que esos ojos siniestros tratan de devorarme, y con su fuerza me impulsa a tomar asiento hasta que lo consigue.

Mis nervios están al máximo y solo espero un milagro. Harry desabrocha mi blusa y empieza a mirar mi busto con deseo. Veo que su miembro se pone erecto, y eso significa que me hará bajarlo; ya no tengo escapatoria.

En el momento exacto, escucho una voz a lo lejos que proclama mi nombre desesperadamente, haciendo que Harry salga corriendo con su pene erecto.

JOHN:

He estado como loco buscando a Anna. De pronto, escucho a dos chicos de otro grado comentando lo que habían visto y que no hicieron nada para evitarse líos. Desde que escuché su conversación, mi cara cambió por completo. Era una sensación que no podía explicar; me estaba imaginando lo peor y tenía una corazonada de que Anna estaba en peligro.

Si Harry tocó a Anna, recibirá una golpiza que lo hará desear nunca haber nacido. No me importa si voy a prisión o si su familia rica me manda a liquidar; lo único que me importa es ella.

A lo lejos, escucho su llamado desde un aula cerrada.

La voz de Anna pedía ayuda: "Ayúdenme, por favor", escuchaba.

Voy corriendo, y cuando entro, me sorprendo al verla tan asustada. Ella está llorando, sin su camisa, solo en sostén. En ese momento, me imaginé lo peor y corro hacia ella para abrazarla. No sé qué ha pasado, pero quiero estar ahí y hacer que se sienta protegida.

—Anna, dime qué ha pasado. ¿Harry te hizo algo? Por favor, dime que no... —le susurro, lleno de furia.

—No, gracias a ti no.

Sus palabras me hicieron calmarme, y escucho atentamente todo lo ocurrido mientras ella me abraza. Quise ir a buscar a Harry por cobarde y hacerle pagar lo que hizo, pero Anna me dijo que no lo hiciera, que ya todo estaba bien. Que no quería que me buscara problemas por su culpa, y que de todas maneras, el dinero iba a hablar por él y nosotros solo seremos títeres que no son escuchados.

Sus palabras me hacen reflexionar, y le prometo no buscar líos. Lo que ella no sabe es que, más adelante, Harry sabrá quién es John Blake. Nadie tiene derecho a tocar a mi chica. Ese desgraciado se las verá conmigo.

Anna y yo estamos tan concentrados abrazados que se me olvida que ella está en sostén. Ella es tan hermosa, y la deseo tanto, que solo quiero tocarla en estos momentos y decirle cuánto la amo. No obstante, encuentro que no es el momento oportuno, y tan solo me queda ofrecerle mi chaqueta.


Notas del autor:

John es muy valiente 🥰

¿Será que Anna le agradecerá o aún no lo perdonará por lo que descubrió de él?












¿Y si volvemos a encontrarnos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora