Secretos

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Capítulo (5)


ANNA:

Las palabras de Alex me hacen sentir querida, amada y especial por un ser que solo me visita en mis sueños. A decir verdad, no quiero despertar. Me gusta estar con él y sentirme protegida entre sus brazos, ya que no necesitamos el sexo para crear una atmósfera de placer y pasión; cada palabra que pronuncia surge de lo más profundo de su ser, y en su cálida mirada percibo un amor eterno que guarda un gran misterio.

Él es un chico que te hipnotiza con solo verlo, y una vez que te tiene, no te deja ir tan fácilmente. Bueno, creo que nadie se resistiría a irse tampoco. "En mi caso, si él quiere, hasta que me secuestre. Prometo no poner ningún tipo de resistencia."

ALEX:

—Anna, ¿acaso se te olvida que puedo escuchar tus pensamientos? —sonríe hasta más no poder.

—Disculpa, es que no puedo controlarme. Pareces tallado por los dioses y no quería desaprovechar la oportunidad. —Le doy una sonrisa pícara.

—Entonces, ¿quieres que te secuestre? ¿Prometes no poner resistencia?

—Si fueras humano, sí. Pero pronto despertaré y serás un producto de mi imaginación. Así que me ahorro mi respuesta.

—A veces, los pensamientos son más reales que la realidad, Anna.

—Tus respuestas son muy cerradas. ¿Puedes ser más explícito?

—Pronto te contaré todo. Tómalo con calma y confía en mí.

Me doy cuenta de que la última respuesta de Alex fue un poco extraña. ¿Acaso él piensa que nos seguiremos viendo en los sueños? Eso suena un poco ilógico.

Al ver mi cara de confusión, Alex no sigue hablando y me abraza de nuevo. Siento que mi corazón late con fuerza cada vez que lo hace y, justo cuando le pido otro beso con ansias, mi madre me despierta.

—¡Anna!

Me levanto de la cama, un poco aturdida y feliz a la vez por todo lo vivido. Mi mente da vueltas sin parar y mi madre me mira de reojo, como si estuviera chiflada.

Me doy una ducha rápidamente y me alisto para mi último día de clases. Hoy es mi examen final y considero que debo ir más femenina para causar un poco de revuelo en John, porque el muy imbécil necesita saber de lo que se perdió y debe aprender que con ciertas personas no se juega. Eso me incluye a mí.

En cuanto a mi vestimenta, hoy elegí unos jeans azules un poco ajustados y una blusa negra de mangas cortas que combinan con mis zapatos. En lo que respecta a mi peinado, lo dejé suelto y rizado. También quise poner un poco de maquillaje en mi rostro para verme más provocativa y fresca.

Agarro mi mochila y me marcho al instituto.

Creo que hoy llegaré tarde. Ups...

VANESSA:

Anna no parece pensar en llegar a clases. Ya me tiene desesperada. ¿Acaso estará enferma? Espero que llegue rápido porque esta maestra ya me tiene harta con todas sus preguntas. Me tiene más exhausta que el examen, y eso que aún no lo he presentado. No me queda de otra que sacar mi teléfono e intentar llamar a mi torpe amiga, ya que nos tiene a todos esperando por ella para poder empezar el examen. Juro que Anna me pagará esto.

Cuando estoy marcando a Anna, escucho un "ring, ring, ring" entrando por la puerta. Ya se pueden imaginar quién acaba de entrar.

La sorpresa de todos no fue la tardanza de mi amiga, y más en un examen final, sino cómo ella estaba vestida.

ANNA:

Me siento muy incómoda por haber llegado tarde y hacerlos esperar, pero aún más incómoda me siento con el comportamiento de mis compañeros. Todos están perplejos, desde la maestra hasta llegar a Vanessa, que no cierra la boca de la sorpresa. Al parecer, nunca me habían visto así, y los entiendo; siempre visto como un bicho raro.

La mirada de John fue la que más me impactó; se llevó una gran impresión. Lástima que mi cambio fue por sus ilusiones y mentiras, porque necesito exponer mis atributos y demostrarle que soy mucho más que libros y notas perfectas. También soy mujer y soy capaz de sentirme amada y deseada de verdad.

Después de entrar al salón, tuve que lidiar con ciertas miradas. Algunas de ellas eran de chicas celosas de mi nuevo look y la mirada morbosa de los playboys del salón. Si hubiera sabido que todos reaccionarían de esa manera, habría dejado mi complejo y desconfianza desde hace años. Lo que ellos no saben es que para la fiesta es donde pienso cambiar de verdad; especialmente necesito darle motivos a John de que la nerd con la que quería jugar es más astuta que él.

Trato de buscar un asiento para sentarme y no lo encuentro. La maestra me dice que casi todos los asientos están ocupados, con la excepción del que está al final de la clase, cerca de John.

—Maldita sea, ahí está la sanción de mi tardanza —murmuro.

Mi cara se pone pálida y trato de buscar la forma de sentarme en otro lugar, pero no hay espacio. Vanessa me mira como si tratara de devorarme con la mirada, y trato de esquivarla porque no sé qué le pasa hoy. Bueno, de seguro debe estar enojada porque llegué tarde y la hice esperar a ella y a los demás. Luego me disculparé con todos.

JOHN:

Me pongo muy feliz porque Anna se sentará a mi lado. El destino está jugando a mi favor y eso me encanta. La miro cuando se sienta y le doy una cálida sonrisa, recibiendo un simple "hola" de manera insignificante. Me quedo pensando qué hice mal, si Vanessa y yo estamos trabajando en nuestro gran encuentro en la fiesta y en mi confesión. ¿Qué habrá pasado?

Trato de iniciar una conversación...

—Hola, Anna.

—¡Hola!

—¿Te sientes preparada para el examen?

—Disculpa, no me gusta desconcentrarme antes de un examen. Así que guarda silencio, si eres tan amable.

Las respuestas cortantes de Anna me hacen callar y la dejo en paz. Eso sí, cuando salgamos del examen, iré a hablar con ella y espero que no me ponga excusas. Necesito saber qué le pasa

Notas del autor:

Anna ha causado mucho revuelo con su nuevo look y ha llamado mucho la atención por su manera de vestir. Todos se quedaron perplejos. Ya era hora de que mostrara sus atributos femeninos y se hiciera desear. Lo malo es que su nueva versión puede generar contiendas y envidias futuras.















¿Y si volvemos a encontrarnos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora