Un extraño chico me visita

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Capítulo (3)


ANNA:

Los últimos días han sido toda una locura, aún no puedo creer lo que me está pasando. John es el combo completo, creo que ninguna chica se resistiría a sus encantos. Lo que ocurre es que no me fío de él. Aunque si espero más tiempo para tener novio, quizás me den empleo como monja en el Vaticano. No estoy desesperada por tenerlo, pero tengo la curiosidad de saber qué se siente estar en una relación, porque las únicas relaciones que he tenido son las que me invento en mi mente cuando leo libros y veo películas románticas. Desearía algo real.

Los sermones de Vanessa con respecto a él me confunden, ya que ella es mi mejor amiga y siempre querrá lo mejor para mí. Lo más probable es que no me ilusione más y ponga los pies en la tierra. Si John tanto me quiere, perseverará.

Ahora mismo no estoy tan preocupada por lo que sienta u opine John de mí, sino que mañana es el último día de clases antes de los exámenes. No estoy inquieta por las pruebas, pero sí por la fiesta de despedida para culminar el año estudiantil, y ni siquiera tengo planeado qué llevar. Lo bueno es que es después de los exámenes, así que aún tengo tiempo.

AMELIA PATERSON:

No tengo ni la más mínima idea de por qué mi hija no baja a cenar, ¿acaso estará enferma? Déjame subir las escaleras y confirmar.

Subo las escaleras y la veo despistada en la cama mirando al techo.

—Anna, ¿te sientes bien?

—Sí, mamá, me encuentro bien.

—Tu padre y yo estamos esperándote en el comedor, ¿vas a bajar?

Anna me sonríe y asiente con la cabeza, diciendo que sí.

Juntas bajamos al comedor mientras su padre nos esperaba. Cenamos, hablamos, reímos y disfrutamos en familia. Anna es una chica tan buena, amorosa, aplicada para sus estudios y buena hija. No es que la esté elogiando, pero sí reconozco que la vida me dio un grato regalo con su llegada. Solo espero que el hombre que ella elija para formar su futuro sea merecedor de su amor y la valore.

ANNA:

Después de cenar y pasar un momento alegre con los míos, me despido de mis padres y subo a mi habitación. Me pongo a pensar en todo lo que acontecerá en los próximos días y me quedo dormida con la mente repleta de preocupaciones.

Mientras duermo profundamente, empiezo a visualizarme sentada en un banco, frente a un manantial y disfrutando de un hermoso atardecer. Nunca había tenido un sueño tan lúcido y hermoso. Siento el aire que azota mi pelo, las aves cantar y el sonido del agua correr. Es una sensación inexplicable; me siento como si ya hubiera estado aquí antes, y es tan real.

Me quedo mirando el hermoso atardecer y exclamo en voz alta:

—Quisiera estar con un chico especial disfrutando de este momento.

De repente, se escuchan pasos que se acercan y una voz que pronuncia mi nombre cálidamente me sorprende...

—Tanto tiempo sin verte, amada mía. Te he estado esperando en nuestro lugar especial.

La alarma me despierta y me levanto más confundida de lo habitual. Quería seguir soñando y ver a ese chico; no logré verlo bien y fue un sueño muy extraño.

Tomo una ducha y me visto casual: jeans, suéter, tenis y un abrigo. Es el último día de clases; sé que debería ir más femenina y diferente, pero les daré una sorpresa a todos en la fiesta de la próxima semana. Quizás mi primer beso sea ese día con John, aunque Vanessa me dice que no me conviene. Sin embargo, no quiero llegar virgen de los labios a la universidad. Eso sería mucha desdicha.

Llego a la institución y me encuentro con Vanessa esperándome en la puerta.

VANESSA:

—Amiga, te tengo un chisme de alto nivel.

—Ajá, entonces, ¿por ese chisme era que me estabas esperando con tantas ansias? A ver, soy toda oídos. Cuéntame.

—Si te dijera que hay una chica que está enamorada de John desde hace mucho tiempo, ¿qué harías?

—¿Qué podría hacer? Supongo que nada. Él tiene libre albedrío, así que la decisión es suya a la hora de elegir. ¿Por qué me preguntas sobre John?

—No, no es nada. Solo que pensaba que te gustaba más. Entonces veo que lo dejas ir demasiado fácil. Creo que llegará alguien y te lo va a robar.

—La que me sorprendes eres tú, Vanessa. Anteriormente, me comentaste que John no me convenía y ahora te contradices. Veo que estás muy interesada en saber mi respuesta.

—No, solo tengo curiosidad. Sabes que no quiero que sufras por amor. Ya me han lastimado bastante el corazón y no quisiera que a mi hermosa amiga le hicieran lo mismo.

—Descuida, el tiempo se encarga de juntar a las almas que están destinadas, siempre y cuando se busquen y hagan lo posible por encontrarse. Si John no es para mí, lo entenderé.

—¡Calla, bicho raro! Eres muy expresiva y sentimental. ¡Me vas a hacer llorar! Jajajajaja.

Después de nuestra extraña conversación, nos dirigimos a las aulas para repasar y ponernos al día con el horario de exámenes.

John sigue mirándome desde el asiento de atrás. Aún no me explico por qué a mí, si lo único que hago es evitarlo y esquivar su sexy mirada. Me gusta, lo admito. Sin embargo, soy demasiado fría para decírselo. También estoy comprobando si sus sentimientos son reales y no solo me quiere de pasada en su vida. Él podrá ser lo más maravilloso que alguien se pueda imaginar como novio, pero esta vez le tocó una chica difícil que no se deja por nada, ni por nadie

Notas del autor:

Anna aún está indecisa en sus sentimientos por John y su amiga Vanessa está muy interesada en saber qué opina sobre él.

Por otra parte, ¿quién será ese chico misterioso que visitó a Anna en sueños?


¿Y si volvemos a encontrarnos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora