¿Y si volvemos a encontrarnos?

Baile 2/3

Capítulo 16

ANNA:

Todos los presentes nos sorprendimos mucho con la noticia. Mi madre los abrazó, Francesco esbozaba una sonrisa forzada, Vanessa estaba muy emocionada y John parecía algo afligido.

Tenía curiosidad por saber más sobre esa inesperada relación, pero el tiempo no se detiene, y tengo problemas más urgentes que resolver. Aunque, siendo sincera, nada de esto encaja. John me juraba amor eterno hace apenas unos días, y Vanessa sabía que su novio actual estaba interesado en mí.

Sus acciones han sido inmaduras, y hay muchas cosas que no entiendo. ¿Es Vanessa realmente mi amiga? Ella sabía todo lo que había ocurrido entre él y yo, pero en ningún momento me pidió mi opinión. Esto habla muy mal de ella. Me siento traicionada, aunque una parte de mí quiere creer que tiene alguna razón que todavía no entiendo.

Deja de darle vueltas a estos pensamientos, me digo a mí misma. Concéntrate en la noche de hoy y deja que cada quien siga su propio camino. Pero es difícil no pensar en todo lo que ha pasado. La incomodidad entre nosotros es palpable. No puedo evitar observar cómo Vanessa actúa tan despreocupadamente, como si no tuviera ninguna culpa, y eso me irrita aún más.

Francesco, como siempre caballeroso, abre la puerta trasera, y juntos nos hicimos compañía. Mientras tanto, John conducía y Vanessa iba de copiloto en el asiento delantero. Vanessa no dejaba de acariciar el pecho de John, provocándolo con sus palabras sugerentes, una actuación que solo me dejó más perpleja.

—¿Te sientes incómoda? —me susurra Francesco al oído, sus ojos fijos en los movimientos de los dos adelante.

—No, solo estoy confundida con estos dos, —le respondo, aunque en realidad hay algo más. No se trata solo de confusión, sino de una mezcla de desilusión, incomprensión y una pizca de enojo que no puedo ignorar.

Francesco me mira intrigado y pregunta:

—¿Estás celosa?

Es imposible que esté celosa de Vanessa. Al principio, me atraía John por su evidente atractivo físico, pero luego me decepcioné de su falso amor. Él solo quería acariciar mi cuerpo, mientras que Alex tocó mi alma.

—Francesco, mide tus palabras. Estoy enamorada de otra persona.

—Oh, ya veo, —dice, un toque de sarcasmo en su voz, aunque sus ojos siguen siendo cautelosos. —Debe ser alguien muy especial para que lo digas tan convencida.

Me encojo de hombros, tratando de restarle importancia. No quiero profundizar más en esa conversación.

FRANCESCO:

¡Qué interesante es todo esto!

Anna está enamorada de otro. Así que mi hermano no fue tan importante como pensaba. Espero que ese tipo sea valiente, porque este farsante obsesivo no se lo pondrá nada fácil. Pero hay algo más en esta situación. John no solo está celoso, está perdiendo el control, y eso me da ventaja.

Miro por el retrovisor y veo cómo John vigila cada movimiento que hago con Anna. Está furioso, lo siento a punto de explotar de celos. Para avivarlo aún más, se me ocurre provocarlo. Me pagarás por todo lo que le hiciste a mi hermano.

En un impulso, acaricio la cara de Anna.

—¿Qué haces? —me pregunta nerviosa, su voz temblorosa, pero no se aparta.

La acerco más a mí y la beso apasionadamente...

No me arrepiento de nada, disfruté cada segundo de sus hermosos labios, que tenían un sabor dulce a menta.