(Capítulo 17)
FRANCESCO:
Anna se sinceró conmigo en su embriaguez y me contó toda la verdad. No me sorprendió, porque ya había descubierto por mi cuenta todas las maniobras engañosas que se traen esos dos lunáticos. Aunque, debo admitir que el amor de ese tal Alex me impresionó. Él fue capaz de intercambiar su destino por ella, y eso es digno de admirar.
No lo juzgo, ya que por amor a mi hermano, yo también tomaré una decisión difícil.
—¡Anna, ya deja de llorar! —La abrazo con fuerza, intentando darle consuelo—.
—El tiempo se agota... no podré verlo nunca más —dice con voz temblorosa.
—Me dijiste que si alguien por decisión propia lee el conjuro, esa persona dormirá hasta que rescaten el medallón mágico. ¿Es cierto?
—Sí, pero es muy difícil. Hay un límite de tiempo para cumplir la misión. Si no logran recuperar ese maldito objeto de Hunter, ambos perecerán.
Quedan cinco minutos para la medianoche.
Cuando observé a John y a Vanessa dialogando en la habitación, me di cuenta de que el medallón no era visible para los humanos. Eso quiere decir que, por más que desee despertar a mi hermano de su sueño profundo, no tengo los medios necesarios para ayudarlo. Solo las almas condenadas pueden verlo. Si dejo que Alex renazca en mí, él sería capaz de salvarlo.
Todo esto es por ti, mi pequeño hermano. Como mayor, siempre te protegeré.
—Yo leeré el conjuro, Anna.
—No, no lo permitiré —me responde, temblando de miedo—.
—Yo también debo salvar a un ser amado. Me sacrificaré.
—No lo hagas, por favor. No te puedo asegurar que volverás.
—Solo salva a mi hermano, te lo pido. Yo también tengo un motivo por el cual no me daría miedo morir. Más miedo me daría vivir sin él.
Recuerdo que desde niños cuidé de John. Siempre fue rebelde, buscando la atención de nuestros padres, que nunca nos dieron el amor que necesitábamos, solo cosas materiales. Pero no los juzgo. Tal vez siempre estuvieron ocupados por el trabajo. Yo, sin embargo, me aseguré de darle a John todo el amor que le faltó. Prometí cuidarlo siempre, y lo haré hasta el final.
—No te daré el conjuro —me dice Anna, llena de dolor.
—Sabía que no serías lo suficientemente fuerte para dejarme partir. Es por eso que ya lo robé de tu bolso.
Faltan dos minutos...
—¡Nooooo! —grita ella, llena de angustia—.
—Confío en ti y en Alex, Anna. Dile a tu amado que puede utilizar mi cuerpo para consumirse en tu piel. Le doy mi permiso —le digo, sonriendo coquetamente antes de despedirme.
Le doy un beso tierno en los labios y procedo a leer el encantamiento mágico.
"El abismo abrió sus puertas y me dio un abrazo fraternal, ven tú al mundo de los vivos y yo me entrego en tu lugar."
ANNA:
No pude impedir que leyera el conjuro. Faltaban solo segundos para la medianoche. El reloj de la ciudad empezó a sonar, indicando que era medianoche. Para mi asombro, las luces se apagaron, y los rayos iluminaron la sombría noche. La gente empezó a marcharse rápidamente, presintiendo la tormenta que se avecinaba.
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¿Y si volvemos a encontrarnos?
Romance¿Cómo surgirá y se desarrollará esta historia en un mundo donde habita el subconsciente? ¿Optará ella por el chico que la visita en los sueños o por alguien que altera su realidad? ¿Triunfará el amor o la venganza? Dicen que el amor trasciende los l...