Jeno conducía a gran velocidad, por la desolada carretera, la luna brillaba en su máximo punto y las farolas iluminaban el oscuro camino dejando ver pequeñas partículas que flotaban en el aire, desapareciendo tan rápido que apenas eran perceptibles, el viento chocaba libremente sin sus cuerpos transmitiendo una sensación de libertar reconfortante al menor de ellos.
Imponentes árboles se alzaban con grandeza a sus costados, habían abandonado el centro de la ciudad hace algunos kilómetros, los negocios eran remplazados por grandes plazas de pasto recién cortado junto grandes portones de madera cada uno más excéntrico y elegante que el anterior, las grandes casas apenas eran visibles por la gran velocidad con la que andaba Jeno.
Lentamente Jeno disminuyó la velocidad a la vez que una Gran y lujosa mansión de tonos blancos, se hacía cada vez más visible, los grandes ventanales resaltaban por su falta de luz, mientras el silencio de la noche golpeaba con fuerza la gran estructura.
En ese pequeño instante Jaemin sintió el arrepentimiento recorrer su cuerpo, había tenido otras alternativas, pero nuevamente el miedo le había ganado, ahora ya no había vuelta atrás, debía aceptar la realidad, era un cobarde y por más que quisiera escapar de su realidad sabría que no era capaz de dar rienda suelta a aquella decisión.
—Jeno es esa— señalo Jaemin sin emoción el gran portón de aquella casa mientras Jeno asentía y se acercaba a la misma, disminuyendo la velocidad y finalmente estacionando para dejar bajar al menor.
—Vaya me sorprendes Mocoso— Bromeo quitándose el casco revolviendo su cabello rubio sin cuidado —Eres todo un niño rico— dijo con burla mientras le ayudaba a quitarse el casco pero al ver la expresión tensa del menor carraspeó un poco para volver a hablar, aquel comentario no le había causado gracia a Jaemin, pero no podía enojarse con Jeno, el no sabía cuánto le desagradaba esa vida —Será mejor que entres hace frío— aconsejo observando con atención la mansión.
—Si creo que tienes razón— respondió Jaemin dándole el casco con una media sonrisa —Ten una linda noche Jeno, gracias por traerme— se despidió el menor acercándose al portón para poder entrar a la gran casa.
—Niño— llamo el mayor —¿No te vas a despedir correctamente?— hablo con una media sonrisa mientras hacía una seña con sus manos para que el menor se acercara, Jaemin lo observó confundido, ¿Había sido grosero con su forma de despedirse?, Sabía que ambos eran cercanos, pero existía esa diferencia de edad, ¿acaso a Jeno le molestaba que le hablara de manera informal con el?, hundido en sus pensamientos Jaemin logró escuchar la risa del mayor.
Y fue para el dolido corazón de Jaemin una hermosa melodía tan familiar y cálida que hizo que una extraña sensación de felicidad le invadiese, si bien ya el mayor había bromeado con el en varias ocasiones jamás se cansaría de la sensación al escuchar esa suave risa.
—No es nada Niño, entra ya— hablo señalando el portón mientras se acomodaba nuevamente en su moto.
—Gracias Jeno, por todo— habló una vez pudo abrir la puerta, sin hacer ruido, mark le había enseñado un pequeño truco para desactivar la seguridad momentáneamente, nunca pensó que usaría sus consejos pero necesitaba entrar sin ser detectado, más si su madrastra estaba allí,
Jeno asintió con una pequeña sonrisa —Nos vemos luego niño— se despidió el mayor quien emprendió camino por la dirección en la que habían cruzado perdiéndose en la oscuridad a alta velocidad.
Tal vez no había sido un día tan malo después de todo, a veces las cosas buenas llegaban de manera inesperada, pero era curiosa la forma en la que Jeno aprecio en su vida, y aunque no fueran amigos cercanos, ansiaba que jeno quedara más tiempo en su vida, para transmitirle esa tranquilidad y seguridad que tanto le gustaba o para simplemente hacerlo sentir mejor con una sonrisa.
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WITHOUT YOU
FanfictionNa Jaemin, un joven patinador que lo tenía todo en su vida. Una lujosa casa, notas sobresalientes, buenos amigos y una gran reputación, Vivía una vida de ensueño sin complicaciones ni preocupaciones, pero tras el reflector Jaemin cargaba con un gran...