Capítulo 23.

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En ese momento, Jimin refutó internamente las palabras de Hyorin, y bebió el té en silencio, sin embargo, Hyorin se rió suavemente, interpretando la expresión de Jimin.


"Jimin, no me crees. Mira, me puse mi armadura de batalla poco después del nacimiento de mi hijo y corrí directamente a través del campo de batalla para mantener la corona que me pertenecía por derecho, ¿Y qué hay de tu madre? ¿No mantuvo tu madre a su amado hombre cerca por todos los medios? Ten en cuenta mis palabras, Yoongi es igual, no se dará por vencido contigo tan fácilmente."


Pero la Reina se equivocó, era sabia, pero no sabía nada de su hijo.

Sus palabras sólo le dieron a Jimin falsas expectativas de un feliz para siempre.

Min Yoongi, era un hombre cruel, sabiendo que no podría encontrar a su futuro heredero con él, lo abandonó, y lo despojó de su estatus hasta que no tuvo nada.

Por eso, mientras el marinero creía en Ataraxia, el pequeño niño no lo hacía, él había muerto por dentro, su creencia en el mundo se desvaneció más allá de la salvación.


"Tzuyu."


Tzuyu giró la cabeza ante la llamada de Jimin.

Jimin miró el mar, Yoongi, era como el mar, él se enamoró de la forma en que brillaba su superficie, pero no podía observar lo desconocido que descansaba en sus profundidades.


"¿Sí, Señorito?"

"Hace un poco de frío, ¿Podrías por favor ir al camarote y buscar mi abrigo?" Jimin dijo, cruzando sus brazos.

"¡Sí! Un momento, por favor."


Tzuyu fue directamente al camarote a recoger el abrigo.

Un momento después, Jimin sacó un artículo que tenía cerca de él.

Era una pluma dorada.

Desde el momento en que recibió la pluma dorada y hasta su muerte, la guardó como un tesoro, fue una tontería de su parte guardarla ahora.

Jimin cerró los ojos, respiró hondo y arrojó la pluma al mar azul profundo, la pluma flotó sobre las olas, pero pronto se hundió y desapareció sin dejar rastro.

No mucho después, Tzuyu regresó y le trajo a Jimin su abrigo de lana.


"En realidad, Tzuyu, ahora que lo pienso, creo que es mejor que volvamos a entrar, tengo un poco de frío y creo que me estoy resfriando, siento las molestias..."


Jimin sonreía débilmente.


"Oh, señorito, está bien, si se resfría, sería un gran problema para los dos."


Tzuyu se dirigió hacia la popa del barco con Jimin y pronto llegó al camarote. Los pasos de Tzuyu eran grandes, por eso ella siempre estaba por delante de Jimin, ella se quedó a un lado esperando al joven, y en el momento en que Jimin abrió la puerta, hubo una conmoción en el puerto.

Dos personas montando a caballo se detuvieron en los muelles, gritaron en voz alta, pero sus voces no pudieron alcanzar el barco que zarpó hace unos minutos, un joven que montaba un caballo se bajó de un salto.

Poco después, el chico discutió con los marineros, sólo con un gesto, parecía como una orden para dar la vuelta al barco, molestos, los marineros rodearon al chico amenazando con detener su ruidosa y violenta protesta, un hombre mucho mayor que seguía al chico bajó de su caballo y sacó una espada de su cintura.

Tzuyu se sorprendió.

Cuando Jimin escuchó el clamor suavemente, se detuvo en seco y miró a Tzuyu.


"Tzuyu, ¿Qué pasa?"

"Oh, no es mucho, Señorito, hay un montón de tipos en el puerto comportándose como matones, no es nada de lo que debamos preocuparnos."


Tzuyu empujó a Jimin hacia el camarote, no queriendo que presenciara la vista.


"Si querían subir al barco, deberían haber llegado antes, ¿Qué les pasa? De todos modos, hay mucha gente en este mundo que no tiene sentido común, Señorito."

"¿Realmente es por eso?" Jimin miró a Tzuyu y sonrió.


Los dos entraron en el camarote y cerraron la puerta con fuerza, en el centro de la puerta había una imagen impresa de Ataraxia elevándose hacia el cielo.

Mientras tanto, en el puerto, el chico miraba al lejano barco con el rostro en blanco, detrás de él había un hombre encarando a los frenéticos marineros con su fiel espada.

Los marineros, se pusieron furiosos por las excesivas exigencias del chico y las subsiguientes amenazas del hombre hasta el punto de que ellos también sacaron sus armas. Mientras los marineros se acercaban gradualmente, el hombre con su espada de confianza susurró rápidamente al chico que estaba detrás de él.


"¡Su Ma..., Señor Yoongi, haga algo al respecto o ambos moriremos!"


Pero los ojos del chico estaban fijos en el mar, sin interés en nada más que en el barco que partía de Arundell. Entonces, abrió la boca.


"Ve y discúlpate, dales tu bolsa", dijo el joven, sin desviar su mirada, esto no habría pasado si se hubieran ido minutos antes.

"Pero..."

"Entonces ve y encárgate de ellos tú solo."

ATARAXIA (Adaptación Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora