Antes de hacer su aparición pública, Yoongi había intentado apaciguar a su amado esposo, sintiendo que Jimin estaba lleno de ansiedad y nerviosismo.
Suspirando lleno de ansiedad, aceptó con gusto las sugerencias de Yoongi. Con su consentimiento, Yoongi lo tomó inmediatamente de la mano y no lo soltó. Sin que Jimin lo supiera, su corazón rebosaba de una suave felicidad.
Lo que Yoongi le dijo después lo sorprendió más que su sugerencia. Dijo que mientras él le tomara la mano con fuerza, los ojos de la nobleza permanecerían fijos en sus manos y nadie se preocuparía de mirarlo.
Al parecer, estaba en lo correcto, cuando se sentaron en el trono, Yoongi no le soltó la mano. Jimin había tratado de apartar su mano a hurtadillas, pero Yoongi no quiso ceder.
Por suerte, todas las miradas estaban fijas en sus manos a pesar de que pretendían no hacerlo. Desde el momento en que aparecieron en público con las manos juntas, la nobleza perdió de inmediato el interés en el Consorte y quiso conocer su relación. Resultaba raro ver a un Rey y a un Consorte mostrar signos de verdadero afecto en un entorno oficial como éste.
Pronto, todos los nobles se pusieron en fila, para saludar al Rey y al Consorte personalmente, el orden iba de los nobles de alto rango a los de bajo rango.
Los esposos de la Casa de Yoo tenían una larga tradición de saludar primero a la realeza.
"Felicitaciones por su matrimonio, Su Majestad el Rey, y a usted, Su Majestad el Consorte."
El Duque se inclinó y besó el dorso de la mano de Yoongi; luego besó también la de Jimin.
"Ustedes dos se ven maravillosos juntos, espero que la bendición de los cielos esté con ustedes ahora y siempre."
Cuando el Duque terminó su saludo, la Duquesa comenzó el suyo, saludó en sentido contrario, se acercó al Consorte primero y al Rey después. Como su esposo, les dejó un mensaje de felicitaciones y se alejó después.
Los nobles y compañeros vinieron a saludarlos uno por uno, la fila se hizo más pequeña.
Mientras tanto, Jimin se rio y susurró con una pequeña voz, "¿Cuándo me soltarás la mano?"
"Nos tomaremos de la mano otra vez, ¿Por qué soltarla ahora?"
"...¿Nos tomaremos de la mano otra vez?"
"Sí, bueno..."
Mientras los saludos de la nobleza continuaban, Yoongi y Jimin susurraban entre ellos, pero pronto dejaron de hablar y sonrieron brillantemente a los nobles que se acercaban a ellos.
Cuando los saludos llegaron a su fin, Jimin pudo escuchar el razonamiento de Yoongi.
"Porque tienes que bailar conmigo, Jimin", dijo Yoongi, señalando con la mano la pista de baile.
Yoongi levantó un dedo, y en ese momento, la música cambió de una melodía serena a una apropiada para el baile.
Se levantó de su asiento y extendió su mano, Jimin había recibido muchos besos en el dorso de su mano, símbolo de la absoluta lealtad de los nobles hacia él, pero ahora fue Yoongi quien se paró frente a él y se inclinó profundamente como la nobleza. Le tomó la mano y le dio un suave y gentil beso.
"Jimin, mi esposo, ¿Me concedes este baile?" Yoongi sonrió suavemente, con los ojos llenos de afecto.
Yoongi lo miró con nostalgia.
Jimin recordó su otra vida.
En sus ojos, vio al hombre que una vez conoció en su otra vida, parado detrás del hombre que estaba delante de él.
Era... el Yoongi que una vez conoció.
El Yoongi de su otra vida tenía una expresión fría y enojada. Tuvieron la peor noche, la consumación de su matrimonio terminó amargamente, además, no se molestó en poner una sonrisa falsa y simplemente bailó con él porque se trataba de una obligación necesaria.
Para Jimin en ese entonces, era como una vaca siendo arrastrada a un matadero.
Aunque existía la costumbre de bailar con la pareja dos veces, Jimin no podía soportar las miradas burlonas de la nobleza y los susurros, por lo tanto, no podía continuar con el segundo baile.
Viendo que parecía que se derrumbaría en cualquier momento, Yoongi lo dejó ir y se fue, no le pidió un segundo baile.
Pero eso fue en su otra vida...
Jimin miró a Yoongi a los ojos, el hombre que pertenece a esta línea de tiempo.
"...Acepto."
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ATARAXIA (Adaptación Yoonmin)
FantasyCapítulos del 1 al 199 Park Jimin, un consorte que se pudre en la cárcel. Desesperado y sin esperanza, bebió veneno y murió. Pero, sin saberlo, la deidad le dio una segunda oportunidad en la vida. Tenía doce años otra vez. Y esta vez, viviría una vi...