Capítulo 130.

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Un momento después Yoongi separó sus labios de los de Jimin y lo miró fijamente a los ojos, las mejillas de Jimin estaban mojadas por las lágrimas; sus párpados plateados también estaban manchados con gotas húmedas.

Su apariencia, lo hipnotizaba lo suficiente para que cualquiera se hiciera adicto a sus encantos.

La cara que ponía mientras respiraba pesadamente, sus labios brillantes se abrían, y sus gritos de éxtasis le traían una sensación de euforia.


"Jimin...Jimin..."


Lo deseaba... desesperadamente.

Su mirada cargada no lo dejó ir. ¡Cuánto lo necesitaba, necesitaba devorarlo para ponerlo en el trance de éxtasis que lo atraía como un imán!, necesitaba probar la carne de esta irresistible criatura.

Jimin no estaba completamente acostumbrado a la sensación de que Yoongi tocara las profundidades de su interior y se estremeció un poco.


"Relaja tu cuerpo, ¿Recuerdas cuándo lo hiciste por última vez?"

"Ah... sí..." Jimin asintió con un poco más de entusiasmo.


Yoongi se rio y le besó la frente.


"Ahora, envuelve tus piernas alrededor de mí."


Yoongi lo agarró de las piernas y lo ayudó a envolverlo alrededor de su cintura, Jimin completó la envoltura, sus largas y delgadas piernas lo sujetaron con fuerza.

Su entrada carnosa lo apretaron y lo sujetaron; Yoongi soltó un pequeño jadeo. Dios... ¿De qué estaban hechos sus órganos? Estaba tan apretado, tan dulce, tan jugoso, tan gratificante que apenas podía contenerse sometiéndose a su lujuriosa avaricia de empujar más profundamente en Jimin.

Apoyó sus dos brazos a un lado de la cabeza de Jimin, sin olvidarse de gemir.

Yoongi se había movido demasiado rápido en su primera noche, causándole dolor, si hace lo mismo en esta ronda, Jimin terminará despreciando su noche llena de placer.

Yoongi movió sus caderas lentamente, llenando sus entrañas y dejándolo respirar mientras se retiraba, el proceso se repitió una y otra vez.

Todo el tiempo, su mirada permanecía en su rostro.

Jimin tampoco lo evitó y le devolvió la mirada, con los ojos azul hielo brillando. Era la primera vez que se concentraba en nada más que en sus ojos conmovedores, lo que profundizaba su conexión.

Yoongi se inclinó hacia delante ahogó sus labios, su eje empalando su jardín dentro y fuera, Jimin dejó escapar un pequeño e incoherente suspiro.

Su flor tembló.

A medida que sus movimientos se volvían frenéticos y rápidos, los ojos de Jimin se volvieron borrosos y pronto, un fuerte gemido se filtró de sus labios, jadeando por aire y gimiendo, el sonido que se hizo no fue de dolor sino de éxtasis.


"Ah... Yoongi..."


Yoongi lo golpeó, lo destrozó, lo empaló, la cabeza de Jimin se inclinó hacia atrás. Sus gemidos se elevaron gradualmente a un tono más alto y su cuerpo temblaba y se sacudía visiblemente.

Su hombría se hinchó y se hizo más grande; su mano agarró sus suaves y regordetas nalgas, dándole un suave apretón.

Mientras el éxtasis lo llenaba de placer llegaba casi al clímax.

Sus pensamientos se volvieron distantes y recordó lo que Jimin le había dicho hace unos momentos.

|Estoy diciendo que no necesitas atarte a mí y perder tu libertad en el proceso, no me importa si tienes otra perosna a la que abrazas durante nuestro matrimonio, eres libre de abrazarla tanto como quieras sin considerar cómo me sentiré... Estaré bien. |

Sus palabras irrazonables lo enojaron, justo cuando pensaba que su relación se profundizaba y se acercaba, Jimin le mostró frialdad, le parecía injusto. Yoongi sabía lo que Jimin quería decir, pero lo puso ansioso y le presionaba a actuar, cualquier cosa menos quedarse quieto. Los únicos pensamientos que tenía para adormecer la ansiedad era empujarse a sí mismo dentro de Jimin.

Y entonces recordó unas palabras que le dijo un Hombre en su otra vida...

|Tengo pensamientos diferentes a los de mi padre. Para mí, Su Majestad el Rey, es lo único que me llena la mente, así que por favor, deje de lado a Jimin y abráceme en su lugar. |

El rostro de un hombre que sonreía astutamente con labios rojos y cabello rojo vibrante apareció en su mente. Era el hermano de su esposo, el hombre que codiciaba todo lo que Jimin tenía. Al final, la codicia de todos los que lo rodeaban y Taehyung le causó la muerte.

Yoongi se mordió su labio inferior, una ola de ira ardiente e incontrolable brotó de su interior recordando la petición que ese hombre le había hecho, el hombre causante de la muerte y el envenenamiento de Jimin, ante el cual no dudó.

Su muerte lo hundió en el abismo y experimentó una vida de tortura infernal de la que no pudo escapar hasta que se le dio una segunda oportunidad.


"Jimin, me permitiste abrazarte", le susurró Yoongi al oído y le dio un suave beso. "Así que haré lo que quiera contigo hoy, prepárate."













ATARAXIA (Adaptación Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora