Seis.

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Amelia despertó horas más tarde, Louis no dijo nada más después de las últimas palabras de Harry, se convirtió en un momento incómodo pero lograron salir de este cuando el doctor entró a examinar a la pequeña. Al día siguiente le dieron el alta y Harry la llevó a casa, su madre Anne estaría de visita ese día y la niña estaba muy contenta.

"Hace muchos días que no vemos a la abuela Anne." Comentó.

"Así es, mi vida. Por eso viene a visitarnos."

"Desearía que ella viviera aquí en New York." Hizo un puchero desde el asiento trasero del auto.

Harry sonrió de lado.

"Yo igual pero sabes que ella no se separa de la tía Gemma." Dijo el rizado.

Estacionó el vehículo en el garaje de su casa y ayudó a bajar a Amelia.

"Papá, quiero contarte algo." Dijo la niña en un susurro como si fuera un secreto.

Harry se puso en cuclillas para quedar a la altura de su hija y alzó las cejas curioso.

"Te escucho, hija."

"Pero no puedes decirle a papá que te dije." Avisó señalándolo con un dedito.

"No le diré nada." Prometió el ojiverde.

"Es que... verás, papá Louis me preguntó mucho sobre ti el otro día." Dijo jugando con sus pies.

Harry sintió un tirón en su pecho, no esperaba eso.

"¿Ah, sí? ¿qué te preguntaba?"

"Sobre ese hombre que viene a casa a veces, quería saber quién era y luego en el hospital me contó que lo conoció." Dijo y una sonrisa pícara apareció en su rostro. "También me dijo que si él me parecía más guapo que papá."

Harry lanzó una carcajada, no era algo que no se esperara, Louis siempre fue competitivo y en ese aspecto, sobre belleza, por supuesto que lo sería.

"¿Qué le dijiste?" Preguntó Harry.

"Que obviamente papá me parecía más guapo." Dijo resaltando la palabra 'obviamente.'

"Tu padre no tiene remedio, Amelia." Dijo en medio de risas y comenzó a caminar con su hija de la mano.

Más tarde en la noche, Anne llegó con sus maletas, saludó con un abrazo y muchos besos a ambos y se admiró por lo grande que estaba Amelia.

"Abuela, ya aprendí a montar bicicleta." Dijo orgullosa la chiquilla.

"Oh, por Dios. Eso es maravilloso, amor. Podrías enseñarme mañana en el jardín."

La niña asintió emocionada. Anne caminó hasta la cocina donde Harry se encontraba preparando la cena.

"Mmm, huele delicioso aquí." Comentó la adulta.

"Sabes que soy un excelente chef." Presumió el rizado.

"Por supuesto." Afirmó. "Hijo, quiero pedirte algo."

"Dime, mami." Contestó Harry mientras revolvía el guiso en una olla.

"Quiero llevarme a Amelia por algunos meses." Dijo.

Harry dejó la olla y volteó su cuerpo para estar frente a su madre, con los ojos muy abiertos y el ceño fruncido.

"¿Qué?"

"Sí, Harry. Quiero llevarla a que pase una temporada en Inglaterra, con Thomas, Gemma, los hijos de tus primas..." Anne sonreía como si fuera la mejor idea del mundo.

Amelia & Jaden | Larry Stylinson. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora