Amelia & Jaden | Larry Stylinson. [TERMINADA]

Once.

"¿Huevos encima de los pancakes?"

Amelia y Jaden saltaron mientras gritaban un 'sí'.

Harry sonrió desde el sofá.

"¿Y tú?" Louis llegó a su lado limpiando sus manos en el jean. "¿Aún con mantequilla derretida?"

Sus ojos brillaron ante la pregunta, y Louis lo notó. Asintió dándole una gran sonrisa.

"Como siempre."

"Como siempre." Repitió el castaño.

Harry siguió viendo la caricatura que su hija y Jaden veían mientras Louis hacia la cena para los cuatro. Él no lo sabía, pero Louis estaba tan feliz que podría ponerse a saltar frente a ellos y llorar.

"Papi." Amelia llegó a su lado con una sonrisa.

"Dime, hija."

Harry se irguió para acercarse a la niña. Amelia le daba una sonrisa picarona, como si estuviera guardando un secreto. Jaden tras de ella asomaba su cabecita y sus ojos azules como el mar brillaban con curiosidad.

"¿Podría quedarme a dormir? Jaden dormirá hoy con papá." Pidió hablando rápidamente.

Harry sonrió. Quería decirle que sí, en verdad quería.

"Amelia, mañana tienes que ir a la escuela." Recordó.

La niña sacó su labio inferior. Jaden se fue corriendo hasta la cocina donde Louis aún se encontraba.

"¡Papá!"

"Hija, tenemos responsabilidades y tú neces..."

La niña de rulos rubios lo interrumpió.

"¡Nunca eres divertido!"

Amelia corrió hacia otro lado de la casa sin permitirle a Harry responderle. Louis apareció con Jaden en brazos y frunciendo el ceño.

"¿Qué sucede?"

"Amelia quería dormir aquí contigo y con Jaden hoy. Pero tiene escuela mañana." Explicó.

"Oh, ya veo." Louis frunció los labios. "Podríamos ir por sus cosas, yo la llevaré al colegio."

"Louis."

"Por favor."

Harry negó con la cabeza.

"No, fue grosera. No voy a premiarla." Dijo con seriedad.

Louis pareció querer decir algo más, sin embargo calló.

"¿Puedes quedarte con Jaden? Iré a hablar con ella."

Harry asintió y recibió el niño en sus brazos. Volvió a sentarse en el sofa y se permitió mirar al pequeño frente a él.

"¿Cómo estás, pequeño Jaden?"

El niño parecía distraído.

"Bien." Respondió con su voz tierna.

"Qué lindo niño eres, un niño muy precioso."

"Amelia." Louis llamó a la puerta. Entró sin esperar respuesta. "¿Amelia?"

"Papá no me deja pasar tiempo contigo."

"¿De qué hablas? Estuviste todo el día conmigo, y sigues aquí."

Louis se sentó junto a la niña que estaba sentada en el borde de la cama que tenía especialmente para ella. La pequeña cruzaba los labios y fruncia el ceño haciendo que sus cejas y pestañas taparan sus ojos azules.