Bunny - Mi nombre es...

Encuentro

El vehículo militar se movía a través de las calles a la máxima velocidad permitida. El capitán Scotch conservaba su semblante serio, pero en sus ojos se veían vibrantes: la información que había logrado recolectar, pese a la intervención nefasta del hacker fue suficiente para confirmar definitivamente que esa chica era genuinamente Marjorine. Eso implicaba que estaban en el sitio correcto para buscar pistas.

-Busquen en los registros de vehículos el tipo que utilizaba Martha Johnson- solicitó el líder de la operación. Al mismo instante, los rápidos dedos del informático empezaron a teclear comandos para acceder a la información solicitada. Con rapidez, utilizó el walkie tokie para comunicarse con las demás unidades: -El capital Scotch al habla, unidad 1, 2 y 3; dirigirse al aeropuerto y terminales de autobuses interurbanos. Deberán controlar a todas las mujeres que quieran salir de la zona. Utilicen los retratos elaborados y, quienes luzcan sospechosas, realizar la prueba de ADN. El resto de las unidades, esperen instrucciones-

Dado que ella ya sabía que fue descubierta, lo más lógico era que intentará huir de la zona... si es que aun se encontraba aquí. Esa era la preocupación del capitán. Ya sabía que el poder de Marjorine era preciso en las pruebas de años atrás, era probable que sus habilidades hubiesen ido mejorando con el tiempo... Sin embargo, también era posible que haya sido un "golpe de suerte" ya que no había dado señales de nada durante dos años.

"Que estas tramando..."

-Señor, ya tengo el listado de los dueños de los vehículos-

-Envíalos al resto de las unidades- ordenó el capitán, mientras conectaba el walkie tokie otra vez: -el resto de las unidades- empezó a dar las instrucciones mientras leía el contenido del documento -han recibido un listado de vehículos: distribúyanse por zonas y encuentren al sujeto de interés de alias Martha Johnson-

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El viaje de regreso a Denver fue tranquilo. Lo suficiente como para configurar la radio de su automóvil con canciones de cumbia para evitar quedarse dormido.

Con el nuevo material recolectado, estaba un paso más cerca de identificar la "llave maestra" o "Masterkey" que le había solicitado. Sin embargo, no estaba especialmente alegre por la resolución del caso, ya que la finalización del mismo sería la identificación de una víctima. Sus valores morales estaban conflictuados: su misión era resolver el caso, el cual se acabaría al identificar quien de los niños fue el superviviente de experimento inmorales... Sin embargo, ¿Qué haría su cliente con esa información? Probablemente la utilizaría para encontrar a la persona y devolverla al "trabajo". Por otra parte, si no cerraba la solicitud, su record personal de victorias se eliminaría. Además que tener que renunciar a su trabajo de detective privado.

Suspiró pesadamente, mientras reducía la velocidad, al haber una aglomeración de vehículos a la entrada de la ciudad. Craig intuyó que podría deberse a un accidente.

Con tranquilidad y lentitud, luego de veinte minutos en ese tráfico, observó a un militar que estaba realizando revisiones a todos los vehículos que estaban saliendo de la ciudad, lo cual había provocado el embotellamiento. Como tenía tiempo y no se estaba moviendo, aprovecho para sacar fotografías del evento, además de observar el extraño comportamiento de las unidades militares de control. Según pudo deducir: se demoraban más tiempo en controlar vehículos motorizados de ciertas características, con mujeres. Según pudo ver, les pedían todos los documentos reglamentarios. Ignorando a los hombres, quienes hacían el control rápidamente. También le extrañó el hecho de que no revisando los maleteros.

Luego de pasar por el control que, como había predicho fue muy corto, retomó el rumbo a casa de su novio. Manejó durante otros veinte minutos, llegando a la entrada de unos bellos departamentos en la zona lujosa de Denver. Llamó a su novio para que abriera la puerta del estacionamiento de visitas.