Cero

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Realmente le desagradaba. No él como ser humano. Realmente en términos generales era un idiota útil y bastante tolerable, pero justo ahora le estaba obligando a hacer uso de toda su paciencia. Craig Tucker solía lucir como un ser impávido y sin sentimientos, pero ya había tenido que reaccionar por el bien de su sanidad mental: se habían reunido con Kenny para analizar los datos recabados para ver nuevas líneas para continuar la investigación, pero su compañero de misión desde su ingreso en la cafetería se había simplemente echado derrotado sobre la mesa. Era una visión penosa y desagradable.

Pero lo que lo obligaba a tomar acción era la mirada de su novio, quien se veía cada vez más preocupado por el rubio derrumbado que decoraba la mesa. Además de dar una mala imagen no pedía nada para consumir.

Luego de suspirar, hizo la pregunta que no quería hacer:

-¿Pasó algo?-

El cuerpo casi inerte se movió, levantado ligeramente el rostro para hacer contacto visual. Azul contra lila. Luego de un breve instante, el rubio dejó caer nuevamente su cabeza sobre la mesa. Craig golpeó la mesa con la pierna.

-No seas idiota y dime-

-No-

-Seguiré golpeando la mesa- concluyó el moreno, afirmando su taza de café con sus manos, cumpliendo su promesa. Luego del quinto golpe McKormmick se levantó de la mesa.

-¡Basta, joder!- habló furioso-¡Cada vez que haces eso me golpeo, demonios!-

-Ahora que tengo tu atención, volvamos al trabajo-

-¿No que quería que te dijera lo que me pasa?-

-Eso fue antes, esa oferta caducó-

-Me iré- dijo el rubio haciendo el además de levantarse. Craig tomó un sorbo de café, para luego volver a ver como se acomodaba la chaqueta su interlocutor.

-Eso incumple el contrato-

-Vete a la mierda Craig-

-Si incumples el contrato me tienes que pagar cuatro veces más de lo que te iba a pagar-

Kenny detuvo su accionar. El estar distraído había olvidado ESA cláusula de los contratos que agregaba Craigory Tucker. Desde hacía años de trabajar como investigador privado, luego de su breve incursión por la policía de Denver, su amigo de escuela siempre agregaba clausulas abusivas en caso de rescindir de las labores. Claro, podría ir a cualquier corte para buscar dejar si efecto el documento, pero era bastante sabido que figurar en la corte era el final de su próspera carrera como agente.

Sin muchas ganas volvió a tomar asiento. Observó como Craig seguía disfrutando de su café.

-Te odio-

-¿Me importa?-

-Eres una mierda- habló Kenny, recibiendo la seña del dedo medio. Realmente odiaba como el moreno podía ser tan impasible. Le daban ganas de golpearlo para cambiar su rostro. Maldición. El de ojos azules suspiró cansado.

-¿Si me hablas de lo qué pasó, podremos trabajar?- Kenny afirmó con la cabeza-Bien, te escucho-

-¡Desde que volví de Cancún Martha me ha estado ignorando! Llegué del aeropuerto, besé a Karen y a ella. Luego nos subimos al auto. Ella manejó... ¿sabías que aprendió a hacerlo en un par de días? Es muy extraña y parece fuera de este mundo... pero...-

-¿pero?- inquirió Craig.

-¡Cuando llegamos a casa, nos hizo la cena y luego de acostar a Karen solo se fue a dormir!- concluyó dolido.

Bunny - Mi nombre es...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora