Oxford Inglaterra-Casa de los Bowen Beckham.
Si la vida te da limones lo más lógico es sacarle el jugo y hacer una jarra de limonada...o al menos creo que así va aquel famoso dicho que mi abuelito decía, no sé...ya saben soy un poco despistada y suelo olvidarme de algunas cosas, pero la realidad es que a mí la vida me estaba dando una rara especie de oportunidad...
O eso creo, no sé en realidad es difícil.
Me siento con algo de culpa, por qué siento que he esperado tantos años para conocer a ese niño con el que hablé siendo ciega falsa y aunque físicamente es el príncipe que he soñado no sé si su carácter le ayude mucho... ay Dios que lío es este. Debería estar relajada y no pensar más en eso, pero si no fuera por qué este tema está relacionado con Hanna...
"Quizá la vida si es fácil y los complicados somos nosotros, o simplemente el guion de nuestra vida ya está prescrito a suceder así, supongo que sin algo de drama y tragedia no habría muchas aventuras y experiencias de las cuales hablar"
Habían pasado 3 días de haber estado en el hospital...
—Buenos días Cielo—Dijo mi madre entrando de repente a mi habitación con una bandeja donde estaba servido el desayuno que se conformaba de un omelet de espinacas y queso fundido, un vaso de jugo de naranja el cual seguramente ya traía incluido mis medicinas que se disolvían en líquido y unas rebanadas de manzana y uvas en un pequeño tazón de porcelana.
—Buenos días Madre—Contesté con una leve sonrisa dibujada en mi rostro—Eso huele bien—agregué refiriéndome al desayuno.
—Tu padre está ahora mismo en el colegio, ha sacado un permiso de una semana para que no asistas a la escuela, en lo que te recuperas del todo— comentó mi madre mientras colocaba la bandeja en mi mesita de desayuno. —Queremos que te repongas bien, mientras vendrá la maestra Silvia para darte asesorías por las tardes.
—¿Qué? No madre, yo ya me siento excelentemente bien—rápidamente puse la mejor de las caras que pudiera hacer—"La maestra Silvia no, por favor" —pensé. —Considero que mañana mismo puedo volver. —Aseguré.
—Stella déjate de juegos, estuviste muy mal, además estoy aun molesta contigo—hizo una mueca mirándome.
—¿Real? ¡Por favor!—exclamé en queja y rodando mis ojos—Ahora que se supone que hice...
—Stella, hace más de un mes que has estado presentando problemas con tu vista y lo ocultaste de tu padre, de mi e incluso de Nora, mira Stella tú sabes perfectamente que estimo a Nora, pero si eres capaz de cegarla a ella que está más tiempo contigo pensaré que ahora es tu cómplice, y de ti depende que siga conservando su trabajo—sentenció mi madre que esta vez se notaba muy real y firme en lo que decía, no considero que fuera parte de una amenaza falsa, creo que esta vez mi madre si estaba hablando muy enserio.
—Es que en realidad ese detalle ya se mejoró, por eso no quería hacer tanto escándalo por un problemita, ¡ash! No sé por qué este alboroto mamá, es que enserio es absurdo—dije mejorando mi postura para empezar a degustar el platillo.
—Stella deja de rezongar, es el colmo contigo, últimamente te has vuelto un poco diferente—reprochó mi madre para luego darse la vuelta y abrir las cortinas de mi habitación para que la luz del sol entrara—Que lindo día—agregó con un suspiro.
—Si, de hecho, me parece maravilloso por qué estamos en verano y en vísperas de graduarme mientras que yo tengo que estar en esta cama envuelta con sabanas y cobijas teniendo la guardia nacional fuera de casa para que la señorita Stella Bowen permanezca sana y salva en lo que su tonta crisis de enfermedades se le va, pero sorpresa nunca se irá por qué es crónica. —dije con voz rápida como si estuviera diciendo un trabalenguas y mi tono era sarcástico.
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Veleros y Estrellas. ⭐ #PGP2023
Teen FictionPor años he escuchado una antigua leyenda que dice que cuando nacemos, una nueva estrella aparece en el cielo, pero nadie me habló de aquellas estrellas oscuras a punto de fenecer, supongo que tampoco ellos se habían detenido a pensar en ellas, sin...