𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑋𝐼𝐼- ⭐𝑈𝑛 𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜⭐

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Stella Bowen

El frio que embargaba el lugar me envolvió, el ambiente parecía perfecto, aunque los nervios allá arriba habían estado a flor de piel, siempre cerraba los ojos ante el público para poder sacar a flote mis presentaciones, pero todo dio un giro repentino cuando minutos antes de iniciar Kathy me comentó que el joven que tocaría el piano llevaba por nombre, Tobías y conforme a lo analizado era uno de los empresarios más jóvenes por apenas estar en el servicio y tener a su mando la empresa de los Damonds, e incluso me ha dicho que el tipo habla 3 idiomas.

No era la eminencia entre mis prospectos, pero si solo me hubiera enseñado una foto suya, me hubiera evitado la molestia, pero me he llevado la sorpresa de la noche justo cuando estaba en el escenario.

Justo al terminar y abrir mis ojos me encontré con su rostro que estaba a menos de unos 40 cm de mí, que ojos tan brillantes. Tenía una altura perfecta, quizá medía 1.85 o incluso 1.90, los reflectores molestaban un poco mi vista, pero a él ; le hacían un favor que le revelaba y destacaba su bello rostro, el cual tenía pequeños lunares que de repente podrían hasta parecerse a las pecas. Incluida su mirada tan profunda y seductora. Y sí, él sin problemas podría ser un guardián de Galaxias.

Pero, su único defecto, es que era un dulce pecado, y era en su totalidad prohibido para mi

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Pero, su único defecto, es que era un dulce pecado, y era en su totalidad prohibido para mi.

<<Carajos como he podido deslumbrarme por esta basura>>— Me automonesto con el pensamiento.

Existiendo, tantos chicos pianistas en el mundo me he tenido que topar con el mismo idiota que le destrozo el corazón a Hanna.

Por suerte, antes de que pueda decirme palabra alguna, desvío mi vista de la suya y bajo rápido del escenario, para dirigirme a donde están mis padres quienes por suerte pudieron presenciar la presentación.

Mi madre fue la primera en elogiarme al verme, diciendo―Amor, te ves realmente divina, que bien te ha quedado esa presentación.

―No les iba a perdonar si no hubieran llegado a tiempo―Contesté un poco chantajista.

―No seas tan dura, tuvimos unos imprevistos de emergencia, pero llegamos a tiempo, y no me canso de decir que tengo una hija sensacional, felicidades, lo has hecho de maravilla―dijo mi padre quien me había traido un ramo que se conformaba de 18 rosas rojas y 6 lirios envueltos en un bonito papel negro acompañado de un listón dorado.

―Gracias padre, están muy bonitas―sonreí mientras acercaba las flores a mi nariz y disfrutaba el aroma.

―Pero seguro que el de tu madre te gustará más―agregó mi padre.

Mi madre sacó de su bolso una cajita de gamuza color azul rey con un listón plateado que formaba un modesto y lindo moño.

―Es un adelanto por tu cumpleaños―dijo mi madre poniendo el obsequio en mis manos.

―Wow...gracias madre― en seguida le di el ramo a Kathy que estaba justo detrás de mí.

Abro la cajita y me encuentro con un bonito collar de Zafiro en forma de estrella que traía unos pequeños diamantes a su alrededor, yo estaba en shock, mis padres siempre me habían dado regalos, pero nunca uno así.

Veleros y Estrellas. ⭐ #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora