2:50pm Oxford, Inglaterra.
El tráfico había estado a nuestro favor, permitiendonos llegar rápido a la clínica, pero creo que para Nora no era tan favorable, exteriormente, por que sabía que en el fondo deseaba que algo bueno sucediera hoy, aunque los nervios la hicieran explotar intenamente.
Tomamos el ascensor y presionamos el botón 7 para subir al piso donde se encuentra el consultorio del Dr.
―La próxima vez, omitiremos el rubor―comenté en broma hacia Nora, haciendo que ella abriera los ojos como platos.
―¿Me he arruinado el maquillaje?―dice alterada llevando ambas manos a sus ruborizadas mejillas.
En realidad era una ironía, lo que quería que ella entendiera, es que no necesitabamos colorete, si ella sola, podía ser un tomate con los nervios que expresaba.
―Nora calma―solté una carcajada, hasta que su mal gesto me hace volver a la seriedad―No ha pasado nada, solo vamos de camino al consultorio. Tu maquillaje está perfecto.
―No sé cómo pude hacerte caso de venir así, ahora pensarán que he venido de una pasarela o algo así―dice con algo de vergüenza.
―Ey, estás íncreible, no necesitas sentir nada de pena, solo estás fuera de tu zona de confort, pero la verdadera vida inicia cuando dejamos nuestros límites, así que cabeza en alto y sonrisa.
Yo no podía evitar dejar de reír, realmente hacia tanto que no me reía sin sentir peso sobre mí, pero es que no lo hacía por que ella me causara gracia, era felicidad, felicidad total por Nora.
Poco después, salimos del elevador para dirigirnos hacia la recepcionista, muestro en mi celular la cita que tenía agendada para la 1:30pm, sé que me he saltado la hora, pero al menos la señorita que asiste al Dr, siempre hace una excepción por mí.
―Stella, una cita más retardada y te dejaremos sin consulta eh―sentencía en broma.
―Juguito para el día―digo reteniendo la sonrisa mientras le obsequio un jugo que he comprado en el camino.
Ella nos dirige por el pasillo hacia la última puerta, justo la que estaba antes de entrar al área de pediatría.
Nos encontramos frente a la placa del l Dr. Robert. Su recepcionista toca la puerta y en pocos segundos tenemos al doctor abriendo la puerta para recibirnos.
La cara que puso al ver a Nora, fue un verdadero poema, ni siquiera la ha reconocido.
Era la nueva versión oculta de ella, en los últimos años de consulta casi siempre era Nora quien me acompañaba y nunca había cambiado su estilo. Así que puedo entender ese asombro que destella él hacia ella.
El estilo de Nora casi siempre ha sido el de usar camisas manga largas lisas, suéteres sin mangas, pantalones de mezclilla y zapatos de piso cerrados, cuando era temporada de verano cambiaba la manga larga por una blusa de algodón y faldas largas. No sé quién ha sido el responsable de que Nora se ocultara tanto, sin embargo no la juzgaba pues al final del día ella y yo éramos algo parecidas.
―Bienvenidas―dijo Robert estrechando su mano con la mía en saludo cordial. Para luego estrecharla con Nora, sin quitar su desbordante sonrisa, acompañada de sus ojos que se habían clavado en ella.
No tienen idea de cuánta curiosidad sentía entre esa línea invisible que los tenía nerviosos tanto a él como a Nora.
―La señora Adams ha estado preocupada por Stella―Es Nora quién toma partida en el tenso ambiente que habían creado―Ella ha estado presentando nuevamente dolores en el estómago, y se ha fatigado estos últimos días.
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Veleros y Estrellas. ⭐ #PGP2023
Ficção AdolescentePor años he escuchado una antigua leyenda que dice que cuando nacemos, una nueva estrella aparece en el cielo, pero nadie me habló de aquellas estrellas oscuras a punto de fenecer, supongo que tampoco ellos se habían detenido a pensar en ellas, sin...