Parte diecisiete: Tomando riesgos

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Leo

Afrodita estaba en casa y Leo empezó a salir más. La verdad es que la señora lo ponía nervioso y olía demasiado a perfume. Pasaba mucho tiempo con Calypso, ya fuera con Henry o sin él. Habían descubierto que Odiseo había entrado a la misma escuela a la que ellos iban y estaba siguiendo a Calypso. Leo se aseguró de que ella siempre estuviera con él o con alguien del grupo especial, ella no le quería decir a los maestros porque entonces se sabría que él era el padre de su hijo y los rumores que ya se habían calmado volverían aún más fuertes.

Lamentablemente hoy no podía escapar de la mansión. La prima de Piper llegaba a visitar y su presencia era requerida. Genial. Así que ahora estaba sentado en la sala de la casa con Piper. Piper había bajado de peso pero cada vez que el intentaba hablar con ella sobre eso ella lo negaba o decía que era por el ejercicio. 

Se escucho la puerta abrirse y una muchacha de pelo negro y ojos azules entro detrás de Afrodita. Era bajita pero más alta que Leo, eso seguro, era muy bonita. Tenia la piel blanca y una sonrisa suave en el rostro.

- Leo, ella es Silena Beauregard. 

Leo se levanto y le extendió la mano. ¿Qué se supone que haces cuando conoces a la sobrina de tu madrastra la modelo? 

Al parecer no eso porque Silena lo abrazo y empezó a decirle lo mucho que le alegraba tener otro primo y que hubiera un nuevo miembro en la familia. Esto era algo nuevo para el latino, nunca le había tocado que alguien lo recibiera con tanta alegría o que estuviera tan feliz de conocerlo. La gente evitaba conocer a personas como él, la alegría que muestran siempre es lastima disfrazada. Cuando al fin se separo fue a abrazar a Piper con el mismo entusiasmo. Piper parecía incomoda y no dejaba de ver a Afrodita con una mirada que no podía descifrar. 

- Lleven a Silena al cuarto donde se quedara, los llamare cuando tengan la comida lista. 

Piper no espero nada mas y salió disparada de la sala y empezó a subir las escaleras, Silena suspiro y la siguió. Leo no quería quedarse ahí con la señora loca así que corrió detrás de ellas para alcanzarlas. El cuarto de Silena era aún mas grande que el de Piper y Leo, estaba personalizado y parecían haberle comprado un closet completo y un montón de productos de belleza pues el cuarto parecía ya estar habitado. Eso explicaba porque la chica no traía ninguna maleta consigo. Cuando Silena entro al cuarto Piper cerro la puerta y se fue, dejando a Leo en una situación que quería evitar. Silena solo se limitó a poner los ojos en blanco para luego sonreirle a Leo.

- Siento la necesidad de disculparme contigo por el comportamiento de Piper.

- ¿Por qué? Tu no hiciste nada malo.

- Pues no pero no dejas a tu hermano con la prima desconocida sin decir una palabra. 

Hermano. Por alguna razón eso hizo que a Leo le agradara Silena solo un poco más. Siguieron hablando durante un rato y se dio cuenta que era una persona muy amble, había venido a la ciudad para visitar a su novio. 

Al cabo de un rato él se fue para que dejara que ella se instalará. Se sorprendió al encontrar a Piper sentada en su cama viendo su celular.

- No me digas, ¿Silena te pareció un amor?

- Pues es buena persona.

- Claro que ibas a decir eso.

- ¿Por qué la odias tanto?

- No la odio.

- Y yo no me llamo Leo.

- Ella no es mi prima. Mamá se volvió famosa justo dos años después de que naciera Silena, nadie nunca había oído hablar de ella hasta que conoció a papá. La que era conocida era su hermana, Venus pero salió de la vida pública el mismo año en el que Silena nació.

Aprendiendo a confiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora