Primera Parte: Conecciones

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El chico de pelo negro entra a la escuela y todas las miradas se dirigen a él. Se cubre la cara con la chamarra y sigue caminando fingiendo que no le importan las miradas. Pero me importa. No. No importa. Que piensen lo que quieran. Sigue caminando. En el camino nota a una chica de cabello color caramelo, estaba seguro de que la conocía pero no recordaba su nombre. No es importante. Necesita un lugar donde descansar, no durmió porque el dolor era demasiado. Entro a la biblioteca se sentó en un lugar alejado, se acomodo y cerró los ojos. Paz. Silencio. Sin darse cuenta se durmió.

Un ángel dormido pensó la rubia No. Un Percy Jackson dormido...y babeando sobre las mesas de mi santuario. La rubia se acercó y despertó al pelinegro.
- Babeas cuando duermes.
Sin más la rubia de ojos tormentosos se alejó, sin voltear a ver al chico. Sin darse cuenta de que una pequeña sonrisa escapó de los labios del chico que babeo la mesa. Salió de la biblioteca y se dirigió a su clase sin darse cuenta de que un grupo de chicas lograron hacer llorar a una de cabello rizado y grandes ojos dorados.

Eres horrible. ¿Por qué sigues viva? Desaparece, bruja. La chica de ojos dorados entro a clase y se sentó en el medio. Limpio una de las las lágrimas que salían de sus ojos.
- ¿Estás bien?
Una voz pregunta. Un chico de rasgos asiáticos se acerca a ella, él chico parece triste. Ella asiente. El le tiende un pequeño paquete con Kleenex y se aleja.
- Gracias- murmurar ella, pero es tarde. El ya se había ido.

El mundo parece ir en cámara lenta al rededor de él. Lo único que puede escuchar a es a la chica de ojos dorados llorando. Se alejo de ella y se sentó en el fondo de la clase. La clase terminó aunque para el ni siquiera empezó ya que no se dió cuenta de cuando el maestro empezó a hablar. Ella a muerto, Sr. Zhang. Lo sentimos. Esas palabras resonaban en su mente una y otra vez. ¿Por qué? ¿Por qué a él? ¿Por qué ella?

La chica de cabello color caramelo vio al pelinegro pasar. Prometo que no te olvidaré. Promesas rotas. Todos eran iguales pero su corazón seguía callendo y esta vez había caído más fuerte. En ese momento lo vio pasar. Cabello rizado, ojos cafés y una sonrisa traviesa. Quitó su mirada del latino. El ni siquiera sabe que existo, no tengo esperanzas. Camino a clase mientras tarareaba una canción. Nadie noto que ella estaba ahí, podría haber gritado y nadie la habría notado. Invisible. Olvidada. No te olvidaré. Promesas rotas.

El latino escaneo el pasillo. Una chica lo estaba observando pero cuando se giró para verla bien ella se volteo y se alejó. Una sonrisa falsa resuelve tus problemas. Sigue así, ellos se lo creen. Si le preguntan a la gente quienes son las personas que más sonríen probablemente contestarían: Leo Valdez...o Will Solace. Solo había una diferencia. El soleado chico rubio sonreía por ser feliz, nuestro latino sonreía para ocultar su dolor. Malos chistes y unas sonrisas al día se llevan el dolor. Noto a la chica Cherokee tratando de robarle algo al gran Jason Grace. Siguió caminando. Sigue sonriendo.

La bonita Cherokee se acercó al rubio sigilosamente. Abrió su mochila sin que se diera cuenta y saco lo primero que encontró. Unos lentes. Algo es algo. Pensó. Los tomó, cerró la mochila y se fue. El rubio no se dió cuenta de nada, probablemente ni siquiera sabía de la precencia de la chica. ¿Cómo los devolveré? Ella robaba cosas pero luego las devolvía, sentía la necesidad de tomar cosas pero nunca se las quedaba a menos de que ya no pudiera encontrar al dueño. No soy una ladrona, no me gusta serlo.

El rubio busco sus lentes pero no los encontraba. ¿Dónde los dejé? Ugh. Que mal día. En la mañana peleó con si hermana y su mamá estaba desmayada por tanto alcohol...al menos esta vez era alcohol y no otras cosas. Camino por el pasillo con falsa confianza. Se perfecto. No puedes cometer errores, no tienes derecho a cometer errores. Tomo sus clases fingiendo interés pero no entendió nada. Su cabeza no estaba ahí...ni su corazón, ese último estaba en el salón de al lado.

Sin saberlo todos estaban conectados, una conección que cambiaría sus vidas.

Percy Jackson, Annabeth Chase, Hazel Levasque, Frank Zhang, Calypso Belladonna, Leo Valdez, Piper McLean y Jason Grace vayan al salón C. M. después de clase.

Un grupo de 8 adolescentes con problemas entran a un mismo salón. Todos muy diferentes pero con mucho en común.

Aprendiendo a confiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora