Segunda parte:

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Calypso

- Bienvenidos. Seguro se preguntarán por qué están aquí.

Nadie contestó.

- Todos ustedes son parte de mi proyecto para ayudarlos. Ya habrán notado que son muy diferentes, lo que haré aquí es tratar de que todos sean amigos.

La rubia levantó su mano.

-¿Annabeth?

- Sin ofender Sr. pero no necesito puntos extras, tengo promedio de diez.

El pelinegro resoplo.

- Ya lo sabemos, Listilla. No es necesario que nos lo presumas.

- Disculpa pero ¿Que es lo mejor que haces, tú?

- Soy capitán del equipo de natación.

- Eso explica tus problemas mentales, Cerebro de Alga.

- ¡Hey! Al menos yo no tengo...

- ¡Basta! Todos ustedes está aquí por una razón, Srita. Chase. Usted está aquí porque quiere mantener su calificación en un diez perfecto. Todos los días van a venir aquí después de clases.

Volvimos al silencio.

- Bien, empezaremos con presentaciones. Van a decir su nombre y una palabra que los describa. Srita. Chase, empieze.

La rubia se levantó.

- Mi nombre es Annabeth Chase, me describiría a mí misma como inteligente.

- Soy Percy...lo único que se me ocurre en este momento es: Azul.

Annabeth rodó los ojos.

- Soy Hazel...y me describo como...Ummm...¿Tímida?

- Me llamo Frank. La palabra probablemente sería... depresivo.

- Piper, ladrona.

- Yo soy Jason Grace...yo usaria: ciego. No veo nada sin mis lentes.

- Yo soy el gran Leo Valdez y es difícil solo escoger una palabra para describir mi genialidad así que solo diré que soy asombroso.

Todos miraron a la última y esperaron a que hablara.

Ahora notan mi existencia. Leo me está sonriendo...tal vez solo se está riendo de mí.

Pánico recorrió su cuerpo, se levanto y corrio a la puerta.

Se dirigío a la puerta de la escuela pero la descubrio cerrada. Se recargo en la pared y cerro sus ojos.

Llevo tanto sin hablar con personas que ya no puedo pronunciar palabra alguna.

- Oye ¿Estás bien?

Levantó su mirada y vio al chico de ojos verdes. Solo asintió.

Ya no me recuerda. Promesas rotas.

- Bien. Todavía tenemos una hora y media por si quieres volver, nos darán comida gratis así que yo sí volveré.

Se dirigío a la cafetería.

Me tendré que sentar junto a Leo.

Una sensación de calor la recorrió. Tomo el lugar. El latino le pasó un plato y le sonrió, ella le sonrio de vuelta y no pudo evitar tornarmse de un color rosa bastante evidente. Comieron en un silencio incómodo y volvieron al salón.

- Los pondré en equipos y quiero que se conozcan. En la próxima clase los acomodare con quien creo que se abrirán y llevarán bien.

Todos salieron. Calypso empezó a caminar a la puerta pero alguien la detuvo.

Aprendiendo a confiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora