IV

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Aquella noche pasó sin que ningún Dimoni apareciera, y realmente el cazador no pensaba seguir al humano en vano.

Hermano no seguiré cuidando del humano, no tuve ningún indicio de algún Dimoni cerca en la noche le informó a Mew utilizando su conexión mental—. No quiero perder mi tiempo con el.

¿Win donde mierda estás? La voz del otro cazador sonaba molesta incluso en su cabeza.

En la terraza, estaba apunto de irme —respondió—. El humano debe seguir durmiendo.

¡El dormido eres tu idiota! Estoy con tu humano, luchando con Dimonis para que no se lo lleven.

¿Qué?¿Cómo es qué? se cuestionó el cazador confundido porque no lo había visto salir en ningún momento.

Solo ven a ayudarme ya. —Nuevamente la voz de su hermano retumbo en su cabeza.

¿Entonces dime dónde estás?

Abre un portal con mi nombre maldito idiota y estarás aquí.

Camí a Mew pronunció rápidamente el cazador y un círculo de fuego apareció frente a el, pero antes de saltar dentro, un Dimoni lo atravesó lanzado por su hermano.

Después de eso, el lo cruzó y se encontro a Mew intentando alejar a unos seis Dimonis más del humano que estaba inconsciente, en el suelo detrás de el.

¡Demonio inútil! gritó al verlo. Solo llévatelo, de los Dimonis me encargo yo aseguró su hermano.

El cazador no pudo hacer otra cosa más que obedecerlo, levantó al humano del suelo y abrió un portal nuevo. Este lo llevo al interior del departamento del joven, lo tiro en el sillón al instante de cruzarlo e intento despertarlo, pero no lo logro, el humano seguía inconsciente.

¡Maldición! escuchó quejarse a su hermano mientras salía de un portal detrás de el. ¿Cómo diablos se te escapo Win? cuestionó mientras se tiraba a uno de los sillónes molesto por sus heridas.

No, no lo sé Mew respondió  confundido—. Nunca se me había escapado nadie y mucho menos un humano.

Al parecer este humano no es tan común hermano.

No lo entiendo murmuró confundido—. ¿Pero sabes por qué esta inconsciente?

Lo estaban desangrando Win, debe estar muy débil por eso.

¿Lo desagradan? cuestionó sorprendido el cazador, notando ahora las manchas de sangre evidentes en sus puños. Revisó entonces las muñecas del humano, observando que las heridas que tenía estaban cauterizados.

Queme los cortes cuando lo encontré y luego se desmayó.

¿Cómo lo encontraste?

Estaba vigilando como siempre, sentí la presencia de muchos Dimonis en un mismo lugar y cuando me acerque supe porqué explicó el otro cazador mientras quemaba las heridas en sus brazos.

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