𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙸𝚅

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•𝙿𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛 𝚛𝚎𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘 𝚢 𝚋𝚊𝚛𝚌𝚘•

- Luna - una voz conocida le llama - Luna despierta.

- ¿Mmm? - con cuidado parpadeo hasta ver la cara preocupada de Gloria - ¿Gloria?, ¿Qué -.

- Marty se fue - preocupada levanto la leona con su fuerza para así arrastrarla así el muro abierto.

- ¿Eh? .

- Yo igual estuve esa misma expresión pero por poco te olvidamos para ir a buscarlo tú tienes el mejor rastreando.

- ¡Wow, wow y wow! - agitó sus patas delante de los tres - ¡Marty estará bien y como dientes el muro está roto!

- Vamos no hay tiempo tenemos que encontrarlo - Alex fue asía Luna y así mismo la agarró con fuerza del brazo para arrastrarla afuera - debe estar muy solo, extraviado y confundido.

Luna solo se dejó guiar después de todo hay veces que Alex daba miedo por su fuerza.


¡No déjame!

Con rapidez agitó su cabeza en negación y a la vez pensando en cómo estará Marty. No pensaba que estuviera extraviado en Nueva York pero si sabía que buscaría diversión en su camino y lo malo de esto es que no podía negarse. La van a arrastrar en toda la calle para buscar a una cebra que busca libertad. Así mismo paso el tiempo.

- Estar en el tren es buena idea - desconcertada miro sus amigos enfrente.

- Así llegaremos a la estación central.

- Si pero -observo a las personas asustadas y más aún al hombre que miraba el periódico pero temblando de pánico - saben que olvide lo -suspiro con derrota.

- ¡Oh, no los Knicks perdieron! - rugió molesto asustando más a la persona.

- Bueno, que se le puede hacer.

Luna solo pudo rodar los ojos a sus amigos que estaban más que perdidos en no entender. Pero con el "extraviado" de amigos se pudo ver su camino preguntando a un caballo policía, disfrutando el paisaje, patinar en hielo hasta llegar a su destino con gusto.

- La gran estación central - dijo - porque es una estación y está en el centro.

Cuando llegaron a la estación salieron pero Luna empujó a Melman para salir provocando que chocará con un hombre tocando la batería. La leona solo rodó los ojos para seguir a Alex, la trajo sin su consentimiento el será el responsable.

Bueno sería si no se detuvo y se pusiera a reír de una cena gracioso a una abuela golpeando al rey.

- Eso abuelita - sonrió para después comenzar a aplaudir.

- ¡Luna!

- ¡Gloria! Solo doy motivación del momento.

- ¡No puede ser! - rodo los ojos.

- ¿Qué? Estoy apoyando a los ancianos -sonrió con inocencia la leona.

Cuando Alex por fin se , la gran luna y pocas veces se le ha visto sonreír - pero ya contando con este día fue muchos y tendrá un dolor por sonreír mucho - fue rápidamente con la anciana y la abrazo ronroneando en el proceso.

- Muchas, muchas pero muchas gracias por golpearlo Señora.

- ¡Oh, pero que linda gatita! -sonrió la abuela para después palmear con cuidado la cabeza de la leona.

El secreto del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora