Capítulo 7: El dilema de Ercole

1.7K 184 32
                                    

Cayó la noche — ya en Portorosso — y todos se preparaban para cenar después de un buen baño.

Massimo había preparado pizza para sus chicos, todos estaban deseosos de llevarse tan delicioso manjar a la boca, pero había alguien en la mesa a quien se le veía menos animado que al resto; Luca seguía pensando en todo aquel asunto de la carrera de cangrejos. Durante toda la tarde su familia se encargó de contarles a los chicos las reglas de la competencia y presentarles a los diferentes cangrejos que estaban en posesión de la familia.

Santa Gorgonzola! — Exclamó Giulia al tomar el primer trozo de la redonda y caliente pizza. —, ¡es como la Copa Portorosso!

Alberto y Luca asintieron con la cabeza, pues al igual que la famosa carrera del pueblo, la competencia de cangrejos consistía en tres pruebas diferentes a lo largo del arrecife.

— Tendremos que ir a entrenar seguido — Añadió Alberto, quien desvió la mirada justo al terminar de hablar. —. Pero yo no podre acompañarlos siempre, aún tengo que trabajar como salvavidas.

— Sobre eso, Alberto — Intervino Massimo quien hasta ahora había permanecido callado y escuchando a los jóvenes, quienes volvieron la mirada cuando este llamó al mayor de los tres. —, la signora Mastroianni y yo hablamos sobre tu trabajo y creemos que mereces tener los fines de semana libres, después de todo, aún eres joven y tienes derecho a divertirte un poco. 

A Alberto le brillaron los ojos ante tal noticia. Si bien le había agarrado cierto apego a su empleo, lo cierto era que se sentía agradecido de al fin contar con un par de días en los cuales no tuviera que preocuparse por tener que faltar a las reuniones que Luca y Giulia llevasen a cabo.

Así pues, la cena estuvo abarrotada de comentarios positivos, ánimos y buenas noticias, pero parecía ser que Luca era el único que no se percataba de toda la positividad que en la mesa se compartía. Massimo de inmediato notó esto en el chico, pero decidió no entrometerse por ahora.

A la hora de terminar, Massimo se ofreció a limpiar todo él solo, insistiendo en que los tres habían tenido un día bastante ajetreado y que tenían que descansar, a lo cual todos asintieron y se despidieron del hombre deseándole las buenas noches y subiendo después al piso de arriba.

— ¿No es emocionante?, ¡competiremos en una carrera bajo el agua! — Exclamaba la pelirroja en la habitación de Alberto. Los tres habían decidido entrar ahí para seguir platicando sobre el tema de la carrera.

— Soy un monstruo marino y nunca supe de algo similar a una carrera de cangrejos, ¡suena sensacional! — Añadió Alberto, quien se acercó a Luca y rodeó a este de los hombros. —. Seremos «Los Relegados» una vez más, ¿no te parece increíble, Luca?

Luca no respondió, no había puesto atención a nada de lo que estaban diciendo.

— ¿Luca, todo está bien? — Repitió Alberto mirándolo con desconcierto.

Luca sacudió la cabeza un poco y asintió a sus palabras un par de veces.

— Sí... sí... solo estoy algo cansado por soplar burbujas todo el día. — Mintió y formó en sus labios una débil sonrisa.

No quería arruinar la emoción de los chicos por sus propios problemas.

— Bueno, yo no les quito más tiempo, mañana tenemos que despertar temprano para ayudar a papá con las ventas. — Dijo Giulia, bajó de la cama de Alberto y les desordenó el cabello a ambos chicos tras pasar por su lado. — Buonanotte, muchachos. — Y salió de la habitación.

Buonanotte, Giulia. — Dijeron ambos y se despidieron de su amiga.

De nuevo, Luca y Alberto se quedaron solos en la habitación, y por los pasos al otro lado de la puerta, creyeron que Massimo también se había retirado a acostar. Alberto se posicionó frente a su novio y le descubrió la frente para poder dejarle un beso sobre su suave y blanca piel, llevando después sus manos a los hombros del de menor estatura para poder mirarle a los ojos. Luca no dijo nada, mantuvo su mirada a los ojos de Alberto con el rostro sonrojado. No sabía que hacer, era tan inexperto en el tema de las relaciones que no le importaba seguir siendo guiado por su novio.

Amore Mio ᭥ ᭄ LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora