Capítulo 22: Tren a Génova

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El silencio reinaba en toda la estancia. Bueno, eso sí no se toma en cuenta una de las cuatro habitaciones de la casa.

Luca se encontraba de pie, recargado contra la puerta a sus espaldas que permanecía cerrada con el seguro puesto. Frente a él estaba Alberto, quien lo mantenía acorralado y sujeto de la cintura con una de sus manos, mientras que con la otra le tomaba del mentón para afirmar aquel pasional beso.

Las manos de Luca se mantenían temblorosas sobre el pecho del moreno.

— E... espera — Suspiró Luca, separándose un poco de los hambrientos labios de Alberto.

Pero no pasaron ni dos segundos cuando Alberto volvió a tomar acción para volver a comerle la boca a besos.

El corazón de Luca estaba acelerado por dos aspectos cruciales del momento: el éxtasis que Alberto le causaba con el calor de su cuerpo y el miedo a que Massimo los descubriera en aquella situación.

Cuando no pudieron contener el aliento por más tiempo, ambos se separaron y el más alto de ambos se acercó a regar besos y caricias sobre el cuello de Luca, mientras sus manos se colaban dentro de su camisa y short con tal de poder tocar la desnudez de su novio.

— Alberto, espera — Dijo Luca, intentando detener a su novio tomándole de los hombros. —. D... debemos ir a la isla... — Jadeo

— No aguantaré hasta llegar a la isla... — Suspiró este para después seguir atacando el cuello de Luca y poco a poco ir abriendo los botones de su camisa.

— M... Massimo podría oírnos. — Insistió Luca. Tenía las mejillas ardiendo de lo ruborizadas que estaban.

— No nos escuchará si no hacemos ruido. — Sentenció Alberto, y retirando el último botón de la camisa de Luca, tiró de ésta para sacarse sacársela y dejarlo semidesnudo.

Acto seguido, tomó a Luca de las piernas y lo cargó con suma facilidad para llevarlo a la cama, dejándolo caer sobre el colchón y posicionándose sobre él, poniendo ambas manos a sus costados.

Separó las piernas de Luca para colarse en medio y después empezar a desvestirse y a su novio, quedando finalmente desnudos los dos.

Las caricias de Alberto causaban que el cuerpo de Luca se estremeciera y su respiración se agitara. Pero esto no representaba algo malo, sino todo lo contrario. Pues, aunque estaba nervioso porque alguien los descubriera, necesitaba sentir más de las acciones del castaño.

Así pues, Alberto se encargó se seguir atendiendo el cuerpo de su novio. Tomó una de las piernas de Luca y la levantó sobre su hombro para pasar a besar y morder su blanca piel. Su miembro se frotaba contra la entrada de Luca, solo estimulándose simultáneamente mediante el tacto.

Luca jadeaba, resoplaba y gemía con levedad. Tenía los ojos entre cerrados por debajo de una de sus manos que había llevado a cubrirse la frente. Luchaba por no hacer ruido para evitar delatarlos.

El calor en la habitación iba en aumento, eclipsando por mucho la frescura de la noche.

Alberto abandonó las piernas de su novio y decidió atender una zona muchísimo más íntima. Llevó un curioso dedo a explorar mediante caricias la virilidad de Luca. Su miembro era ligeramente más pequeño que el suyo, pero no tanto como para marcar una gran diferencia.

— Ugh. — Gimoteo Luca ante el tacto y de inmediato se cubrió la boca con las manos.

Aunque Alberto prefería escuchar los bellos sonidos que Luca producía, debía conformarse con eso si quería disfrutar de su novio como era debido.

Cambió de posición y se acercó más al rostro de Luca, de tal manera en que sus miembros se frotaran el uno con el otro mientras ellos disfrutaban de un húmedo beso.

Amore Mio ᭥ ᭄ LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora