Capítulo 28: Cuando el calor aumenta

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A Ercole le pareció ridículo que Luca y Alberto se hubieran peleado y reconciliado el mismo día. Incluso cuestionaba si su «amor» en realidad no se trataba de una obsesión de ambos por estar el uno con el otro que les imposibilitaba el hecho de separarse por más de media hora. Destacando, también, el pasado evento en el que Luca traicionó a Alberto frente a Giulia y la facilidad con la que este lo perdonó al día siguiente.

— ¿Me recuerdas por qué permito que tú y mi hermana se vean? — Cuestionó Alberto cuando el otro terminó de expresar su inconformidad.    

Pudiera ser que Ercole haya cambiado y fuera menos irritante que antes. Pero había ocasiones en las que no mantenía la boca cerrada y eso siempre sacaba de quicio a Alberto. Por ello, ambos siempre mostraban tener pequeños roces cuando Giulia invitaba a la casa al otro. Por otro lado, Guido, Marco y Ciccio estaban orgullosos de los muchachos por haber resuelto sus problemas juntos en vez de distanciarse o evitarse como lo hicieron la primera vez que tuvieron diferencias. Recalcando la madurez con la que ambos se enfrentaron al otro y consiguieron seguir adelante.

Para cambiar el tema, Guido y Ciccio sacaron a flote lo sucedido en la celebración del aniversario del pueblo.

— Fue una pena que no estuvieran aquí para la gran fiesta de Portorosso — Comentó Ciccio, como por cuarta vez en esa semana. —. Este año el pueblo entero se sintió mucho más animado porque, por fin, Marco se ánimo a salir de su cueva para festejar con nosotros.

Alberto, Luca y Giulia lo sintieron, aunque no demasiado. Sus experiencias en Génova eran algo invaluable para ellos. Pero aún así felicitaron a Marco por haberse animado a ser parte de la fiesta por primera vez en años.

— Ercole se sintió demasiado solo en tu ausencia, Giulia. — Bromeó Guido y Ercole desvio la mirada cuando Giulia se volvió para mirarlo.

Era sorprendente saber que, por lo menos, Guido y Ercole habían sido capaces de limar algunas de sus asperezas como para hacer aquel tipo de comentarios frente al otro.

— ¿Eso es cierto? — Cuestionó Giulia con una leve sonrisa en los labios y las mejillas levemente coloradas.

— Puede que sí... — Respondió Ercole. —. Quiero decir, eres la única persona con la que no me aburro al hablar...

Alberto puso los ojos en blanco y Luca, por debajo de la mesa, le tomó de la mano. No sabía porqué lo hacía, pero eso sin duda disipó el fastidio que le daba a Alberto aquel dúo.
     
     
  
Desde luego que Portorosso cobró un nuevo aire de alegría y gozo durante los próximos meses. Lástima que no podía decirse lo mismo del ambiente en una cueva submarina bastante escondida en algún lugar cercano a la bahía del pueblo.

— ¡Tienes que dejar de engancharte a alguien que no siente lo mismo por ti, Al! — Suplicó su hermana buscando hacer entrar en razón a su hermano de una vez por todas. —. ¡Solo te lastimas a ti mismo y también a Luca, intentando separarlo de la persona a la que él ama!

— ¡Tú no entiendes absolutamente nada! — Vocifero su hermano. —. ¡Luca es el único con el que yo pude sentir algo especial, el único que requiere mi atención!

— Pero Luca ya tiene a alguien especial y tienes que aceptarlo — Dijo su hermana. —. Si de verdad lo amas, como dices que haces, tienes que dejarlo ir.

— Estás idiota si crees que haré algo como eso.

Al — Le llamó Alfonsina. —. Hay muchas otras opciones por ahí, date la oportunidad de conocerlas. Y, ¿quién sabe?, puede que encuentres a alguien maravilloso que de verdad llene tu corazón.

Amore Mio ᭥ ᭄ LubertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora