#19 - Una locura de un nerd

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La doctora Sha Shan Nguyen estiró el guante de goma sobre su mano. Tomó una botella de lubricante y untó un poco en su dedo índice y medio. Peter estaba sobre sus manos y rodillas en la mesa de examen. El nerd estaba completamente sin ropa de la cintura para abajo. Sus pantalones y sus trusas manchadas y apestosas estaban en el piso, justo al lado de sus zapatos. Sus dedos de los pies se curvaron por el miedo, y él siguió para volver a mirar hacia adelante inmediatamente una vez que vio la mano enguantada de la doctora Sha Shan Nguyen. La doctora metió sus dedos fríos y descuidados en la raja del culo de Peter, cavando a través del profundo mar de nalgas.

Entonces, ¿a menudo retienes tus pedos? - Preguntó Sha Shan Nguyen con indiferencia antes de empujar las yemas de sus dedos del culo apretado y fruncido de Peter. A el pequeño friki se le salieron los ojos de las órbitas ante la repentina violación y tragó saliva.

Bueno, sí. A veces tengo gases muy, um, húmedos y tengo miedo de manchar mi ropa interior - Chilló Peter. Con su otra mano, sin guante, la doctora Sha Shan Nguyen agarró la nalga y el muslo izquierdos de Peter y lo abrió. La doctora aprovechó esta oportunidad para hundir los dedos más profundamente.

¿Tu ropa interior? - Preguntó la doctora con una ceja levantada. Peter asintió, con el rostro contraído por la incomodidad y la humillación.

Se solían burlar en mi escuela por mi ropa interior sucia, así que comencé a contenerme todos los pedos - Dijo Peter tímidamente. La doctora Sha Shan Nguyen asintió, hurgando distraídamente alrededor del recto de Peter doblando las articulaciones de dedos y frotando las paredes anales con presencia fría pero dura e invasora de sus manos enguantadas - uhh.... - Un pequeño gemido escapó del rostro sorprendido de Peter.

Lo entiendo, pero no es saludable luchar contra los sistemas naturales de tu cuerpo de esta manera. Simplemente empeora el problema y entrena a tu cuerpo para que tenga malos hábitos. En lugar de liberar varios pedos pequeños a lo largo del día, tu cuerpo ha sido entrenado para contenerse y tirarse un solo pedo enorme, repugnante, rancio, desgarrador.. - Peter tosió para interrumpir a Sha Shan Nguyen.

Creo que entendí la idea - Dijo Peter. La doctora sacó sus dedos del culo de Peter con chasquido resbaladizo - Ouuhh - Gimió Peter y bajó la cabeza avergonzado. La doctora Sha Shan Nguyen lo ignoró o no se dio cuenta. Cogió un bolígrafo con los dedos resbaladizos, lubricados y enguantados que estaban inspeccionando el trasero de Peter. La doctora Nguyen escribió algo en su portapapeles.

Te estoy recetando unas pastillas para ayudar a relajar el recto, y también te estoy sugiriendo una herramienta de terapia un tanto poco convencional. Puede parecer vergonzoso al principio, pero te lo recomiendo mucho. Te ayudará a desentrenar tu cuerpo y superar tu miedo a mancharte las trusas - Dijo Sha Shan Nguyen.

***

Peter entró en la oficina al día siguiente, sonrojándose de un rojo brillante. Sus compañeras de trabajo lo miraron con expresiones alegres, solo para que esta se convirtieran en conmoción, diversión y sorpresa cuando él pasó. Asomaron la cabeza por encima de sus cubículos, boquiabiertos por el asombro cachondo. Peter llevaba un pantalón muy especial proporcionado por la doctora Sha Shan Nguyen al que le falta el asiento por completo. Sus trusas también estaban ausentes, las nalgas moviéndose de Peter se sacudieron libres y sin restricciones, constantemente destellando a todos tan pronto como caminaba.

No estoy seguro de esto..... - Le dijo Peter a la doctora Sha Shan Nguyen ayer, estirando el cuello hacia atrás y mirando su trasero expuesto. Podía sentir el aire fresco sobre su suave piel expuesta con detalles increíbles y que la distraían.

¡Es infalible! - Gritó Sha Shan Nguyen - ¡No tendrás miedo de tirarte un pedo y arruinar tus trusas porque no tienes trusas ni pantalones que arruinar! - Explicó la doctora. Peter mantuvo esa conversación en su mente mientras caminaba por el piso de la oficina hacia su escritorio, tratando de ignorar las risitas y los silbidos de lobo que seguían a su trasero desnudo, rebotando y flexionándose.

Amante verdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora