You bring me home (Charles Gillespie)

Capítulo 58

Ya estábamos todos en el auto dirigiéndonos nuevamente a casa aunque los únicos despiertos esta vez éramos Charlie y yo, al parecer los demás estaban cansados gracias a nadar en el lago.

-¿Cómo te sientes?.- me pregunta Charlie dejando su mano en mi pierna y acariciándola.

-Bien ¿Tú?.- le pregunto.

-Bien, aunque...- me dice dejando la última palabra en el aire.

-¿Aunque qué?.- le pregunto.

-Te voy a extrañar.- me dice mirándome rápidamente.

Suelto un suspiro y me lo quedo mirando por un tiempo.

-También te extrañare cielo.- le digo acariciando su mejilla con mi mano.

-Me harás mucha falta.- me dice.

-Lo sé cielo, también me harás mucha falta, tu risa, tus miradas, todo de ti.- le digo.

-¿Por qué te tienes que ir?.- me pregunta con una voz triste.

-Porqué tengo que terminar mis clases, créeme que si no tuviera eso no me iría nunca de tu lado.- le digo con un nudo en la garganta mirando por la ventana tratando de despejarme.

-Odio las despedidas.- me dice con una voz rasposa como si le doliera lo que estaba diciendo.

-Esto no será una despedida, será un hasta pronto, y además aún nos tendremos a un llamado de distancia.- le respondo.

-Pero es muy distinto.- me dice.

-Pero es lo único que tenemos cariño.- le respondo.

Charlie no me responde nada verbalmente pero si con sus acciones, saca su mano de mi pierna y la entrelaza con la mano que yo tenía en su cara, dejando un beso en la mía.

Aún sigo con la mirada en la ventana, intentando de esa manera olvidar la reciente conversación y el hecho de que en menos de 24 horas estaré en un avión devolviéndome a casa, aunque realmente no sé a que llamar así en estos momentos. Sé que allá está mi hermana y mamá y que sin ellas no puedo vivir, pero por otro lado es como si Charlie fuera mi hogar, a donde pertenezco, a cada lugar que vaya si estoy con él me lleva a casa, y el hecho de ya no tenerlo más a mi lado lentamente me está destruyendo, siendo una de esas batallas a las que no se les ve un fin.

-Amor.- me llama Charlie.

-Dime.- le respondo mirándolo.

-Te estaba llamando y no respondías estabas sumida en tus pensamientos ¿Qué tanto piensas?.- me pregunta.

-Nada de que preocuparte.- le respondo

-Haré como que te creo.- me dice.

-¿Para que me llamabas?.- le pregunto.

-Ya es tarde y debemos comer ¿Qué compramos?.- me pregunta.

-Compremos cosas para hacer lasaña.- le respondo.

-POR FIN, desde que me enviaste la foto de tu lasaña la quise probar.- me responde.

-Hoy tendrás el placer de hacerlo entonces.- le digo.

-Eres la mejor del mundo.- dice besando mis labios cortamente.

-Idiota estas conduciendo, nos pudiste matar, ojos en el camino.- le respondo.

-Lo lamento, la felicidad del momento.- me responde.

-A comprar se ha dicho.- le digo.

Al llegar al supermercado Charlie se estaciona y me queda mirando.