🌹ENCUENTRO🌹

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Cuando llegamos a su casa Alos siguió con los pequeños gestos de dolor, aunque él quería aparentar que todo estaba bien sabía que algo andaba mal.
Su madre estaba en la cocina,  llevaba una cola de caballo alta, y un vestido azul claro nos regalo una gran sonrisa al vernos

—Hola chicos, ¿Cómo estás Miroslav?.

—Bien señora y usted.

—No me  digas señora me haces sentir vieja dime Anabella o suegra.

Sonreí—Entendido suegra

—¿En dónde está papá?—pregunto Alos

—Esta jugando tenis con Ender.

—Que patéticos, Miroslava y yo vamos arriba, Matilda nos avisas cuando esté la comida

—Si señor Alos.

Alos y yo subimos a su habitación, aún lo notaba cansado y adolorido.

—¿Te sientes bien?—volví a preguntarle
Se recostó en la cama e hizo un gesto de dolor.

—Si estoy bien solo, estoy cansado.

Sospeché que algo andaba mal

—¡Quítate el suéter!—Le exigí

Soltó una carcajada suave

—¿Quieres verme desnudó?— arqueó las cejas

—Si, quítate el suéter— repetí

—Por favor estoy cansado—replico

—Te lo quitas tú o te lo quitó yo

Respiró hondo

—Eres insistente y necia

Me encogí de hombros, el se quitó lentamente el suéter negro que llevaba, al quitárselo pude comprobar lo que temía, Alos tenía toda la espalda lastimada, era como si le hubiesen dado muchos latigazos

—¿Que te sucedió?, Porque tienes esas heridas.

—Ese es el castigo por no responderle correctamente al rey del infierno—se encogió de hombros como si eso no tuviera importancia

—Te voy a curar, tienes un botiquín de primeros auxilios.
Pensé que me discutiría pero no, señaló el clóset, me puse de pie y busque el botiquín de allí tome unas gasas y agua oxigenada

—Bien, si te duele me dices y páramos cuando tome las gasas apretó mis muñecas

—¿Qué te sucedió? Miroslava y esas cicatrices de tus nudillos.
A pesar de que habían pasado varios días aún tenía costras por las cortadas con el espejo.

Suspiré—Eso fue... Eso fue él día que discutir con mi padre, estaba furiosa y bueno... Golpeé el espejo.

Alos me miro a los ojos fijamente y acarició mi mejilla

—No lo vuelvas a ser, no te lastimes a ti misma—sonó como una orden

Agache la cabeza apenada y él me la subió—No agaches la cabeza tienes unos ojos hermosos.

Asentí y comencé a curarlo

Luego de curarlo se volvió a recostar.

—¿Por qué?esas heridas no se te curan—le pregunté mientras me colocaba a su lado

—Me las realizó Lucifer—Cerró los ojos

Me acerque a sus labios y lo bese, abrió los ojos, vi mi reflejo en su mirada, sonrió

—Me quieres violar verdad—soltó una risita— .Sabes ahora yo te voy a curar a tí.

Se inclinó y de nuevo comenzó a besarme, abrí un poco mis labios para darle pasó a su lengua, me acostó tiernamente en la cama sin separar sus labios de los míos—Miroslava tu... Me vuelves loco.

Entre Ángeles Y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora