🌹Hermanos🌹

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“Pero hay un llanto en nuestro interior que todos intentamos ocultar

Nos aferramos demasiado pero no podemos negar que nos consume vivos”
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Busqué los auriculares y cuando me los iba a colocar tocaron la puerta, lo primero que pensé es que sería Alos pero el hubiera entrado sin tocar.

—¿Quién?

—Señorita, el señor Demián necesita hablar con usted.

Caminé a la puerta y la medio abrí del otro lado está Matilda con un vestido de flores largo que le llega a los tobillos su cabello blanco lo llevaba en una cola de cebolla, sonríe y sus arrugas resaltan más, termino de abrir y salgo al pasillo.

—Esta en el estudió—en su voz se sentía el peso de sus años—.Sígame—

Asentí con un movimiento de cabeza.

Caminaba en silenció detrás de Matilda

—El odio, el rencor, la irá, la amargura, todas esas cosas consumen el alma señorita.

Me detuve —¡Eh! Disculpe Matilda pero ¿Por qué me dice eso?

—Usted y el señor Alos son muy parecidos, ambos se ciega por la amargura y no piensan con claridad.

Guardó silencio porque no sé qué decirle.

Seguimos caminando hasta que llegamos a una puerta de madera ella toca y del otro lado responde Demián—Pasen.

Matilda abre y yo paso,  el estudio era pequeño con un escritorio de madera,un mueble de color rojo, y había una pequeña biblioteca con unos cuantos libros.

Demián vestía el mismo traje negro, se sienta y me regala una pequeña sonrisa.

—Miroslava, como sabes hablé con la directora pero...—Saca un sobre—.Reprobadas casi todos las asignaturas excepto Literatura y educación física.

Suelto un suspiró de fastidió—Me lo imaginé.

Demián alza sus perfectas cejas—Bien aparte de eso tienes tres reportes por faltarle los respetos a algunos profesores.

Me cruzó de brazos—¿A qué nos lleva todo ésto?

Reposa sus codos encima del escritorio—Que solo hay una solución tienes que presentar el proyecto final si lo apruebas todas las asignaturas te serán eximidas.

Volteo los ojos porque recuerdo que ni siquiera había empezado el borrador.

—¿Para cuándo tengo que entregarlo?

—Tienes una semana.

Me encojo de hombros —Esta bien, y si no lo hago.

—Facil reprueba y pierdes el año—lo dice en un tono tensó

Vuelvo a suspirar —Lo haré.

—Bien no tengo que decirte que puedes utilizar cualquier cosa que necesites la computadora, los libros, si necesitas dinero.

Me niego—Empezaré a trabajar de nuevo en el supermercado para así poder pagar los gastos míos y de mí hermano.

Entre Ángeles Y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora