🌹Cementerio🌹

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Narra Miroslava†

El amor alumbra tanto a quién lo recibe como a quién lo entrega es la más poderosa de todas las fuerzas”
Albert Einstein.

Me quedé hay arrodillada con la ceniza de mi diario entre mis manos, lágrimas caían y se mezclaban, Alos se pasó, si lo acepto que yo cometí un error, no debí de mentir sobre mi tatuaje, y todo lo demás que decía fue antes de enamorarme de él. Tomó aire y me pongo de pie, busco los apuntes y lo que consigo es el otro diario el de mi madre, me siento en la orilla en la cama había olvidado que yo lo tenía, abro y veo algunas hojas pero la última llama mi atención porque está remarcada con un resaltador verde.

Un ángel es tu madre, un demonio es tu padre”.
“En tu cuerpo dejé una marca aquella que te acompañará hasta tus 18 años ella te protegerá, y mantendrá tus poderes ocultos, eres mi hija un Ángelus demoníaco, mitad ángel, mitad demonio, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, eres la llave de la liberación de Lucifer, eres la vida eterna para un demonio, eres la guía para las almas puras, pero... Hay algo;en algún momento deberás tomar una decisión, eres ángel o eres demonio pero las dos no puedes ser...”

Tragué saliva, no entendía muy bien las palabras, volví a dejar el diario en la cama y caminé al armario, conseguí mi bolso Nike negro lo agarró y meti a el diario y los apuntes.

Solté un último suspiro al cerrar la puerta. Bajé las escaleras a paso lento, saben me sentía como si tuviera encima un bloque muy pesado, la espalda la tenía tensa, la cabeza estaba a punto de reventar, hice un último recorrido por la casa y al salir una lágrima recorrió mi mejilla.

El viento ya no era tan fuerte los árboles permanecían inmóviles, ví unos cuantos autos pasar pero como sospechaba el imbécil de Alos me había dejado aquí sola.

Sentí una punzada en mi corazón y por alguna razón quise ir al cementerio a visitar a mis padres, empecé a caminar lento, pero después se me ocurrió algo un poco alocado, comencé a trotar, y luego a correr pero mi velocidad era sobre humana, solo sentía el contacto de la punta de mis zapatillas con el asfalto, todo quedaba detrás de mí muy rápido, el viento golpea mí rostro, mientras mi cabello se agita.

Sonreí para mí misma “Me siento como Naruto”, si lo sé no sé los había dicho pero soy super fanática de Naruto, y por un momento me imaginé haciendo clones de sombras, me golpeó mentalmente y sigo corriendo.

Llegó a la puerta del cementerio y frenó, para mi suerte ni siquiera estoy cansada, veo que la puerta tiene un candado maldigo para mis adentros y ¡puff! otra vez se me prendió el bombillo, me agaché un poco tome impulso y eleve, saltando las rejas y teniendo un aterrizaje nada perfecto, mis pies al tocar el piso se desequilibraron haciendo que mi cuerpo cayera de culo al suelo.

—¡Rayos!—me levantó y frotó mi trasero realmente me lo lastimes, tomo mi bolso y camine  hacia las tumbas de mis padres.

Al frente hay unas rosas marchitas se las quitó y con la palma de la mano limpió las lápidas.

Tomó asiento y empiezo mi monólogo.
—Hola má, hola pá— Suspiró y tomó un poco de aire—. Quería decirles qué...—se me hizo un nudo en la garganta, mordí mi labio inferior, medio cerré los ojos y continúe—.Que...me perdonen fui una mala hija—Se me quebró la voz y las lágrimas comenzaron a salir, recorrían mis mejillas hasta llegar al final de la barbilla y de hay caer en los puños que tenía apretados sobre mi regazo—.Los culpe de todo sin darme de cuento que ustedes solo  intentaban cuidarme y entregarme su amor, sé que hice mal... Pero... Pero les prometo que cuídate a Bryan...

Entre Ángeles Y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora