Errores

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†Narra Alos†

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†Narra Alos†

Escuché el sonido de la puerta a lo lejos, top, top, lo ignore estaba cansado y con sueño de nuevo pero esta vez los toques fueron más fuerte.

—¡Hey!, pregunta quién es—Dice Miroslava en un susurró

Bostezo, la miró ella está un poco despeinada, las ojeras las tiene muy pronunciadas, se ve igual de agitada que yo no era de esperarse después de estar follando como locos todo la noche, pero no lo puedo negar se ve hermosa, sus ojos miel tienen una gran profundidad es como si al mirarme llenará todo el vacío que llevo dentro.

—Si no responden voy abrir—Era la voz del pequeño demonio.

—¡Mierda!,— Miroslava actuó rápido— .Ya va Bryan ya te abro...

Se puso de pie a gran velocidad estaba completamente desnuda, me fulminó con su mirada —¿Qué?—encogí mis hombros y volví a cerrar los ojos.

—Párate y vístete—reclama mientras se pone un suéter mío y un shorts me causa risa porque se tiene que amarrar el shorts en la cintura para que no se le caiga.

—Alos en serio párate, ya vamos Bryan—vuelve a decir.

La obedezco me pongo de pie y caminó como un zombie.

—Me duele la cabeza —digo mientras me  acercó a ella.

Ella se amarra una cola alta pero al parecer se olvidó de chupón que tenía

—Apúrate para que comas algo y te tomes una pastilla.

—Nena... Es que te estoy hablando de mi amiguito nunca había follado tantas veces seguidas, me sacaste hasta la última gota.

Ella se sonroja, yo sonrió y pego mi  frente a la de ella le doy un beso de pico y voy al baño.

—Oye bebé se me olvidaba se te ve el chupón.

Solo escuchó cuando dice ¡Mierda!

Sonrió mientras me ducho, cepillo mis dientes y salgo, cojo lo primero que veo una franelilla negra, unos boxer negros y un mono tipo Jogger.

Noto que Miroslava se puso otro suéter uno que le tapa el cuello por completó va a la puerta y le abre al pequeño demonio.

Mira a Miroslava y después a mí, tiene catorce años así que me imagino que él ya sabe lo que estábamos haciendo.

—No solo dormíamos—Dice Miroslava, no me acordaba que podía leer sus pensamientos.

A su lado estaban los dos cachorros Miroslava se inclinó para acariciarlos dejando su trasero  a la altura de mi pene sé que lo hizo inconsciente.

—Yo siendo tú no me pondría así.

Se endereza y me da una mirada asesina.

—Quería preguntarles si podemos ir a comprarle unas galletas a los cachorros y sacarlos un rato al patio.

Entre Ángeles Y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora