Manjiro Sano (Mikey)

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Advertencia: Contiene spoilers del manga.

| Ex |

Narrador omnisciente

—Mikey, creo que deberíamos irnos. —el más bajo lo volteó a ver con una sonrisa. —O tal vez deberías seguir hablando con tu moto. —el más alto se rascó la nuca, se despidió de su amigo y se marchó.

El rubio suspiró frustrado, después se subió para divagar por las calles en lo que pensaba. Todo lo había hecho para protegerla, no podía seguir con esto.

—¿Que es lo que he estado haciendo todo este tiempo? —susurró mientras seguía conduciendo sin rumbo. Al fin se paró en un mirador observando todas las luces que se podían divisar de la ciudad.

"—Podemos hacer una pijamada. —comentó la rubia amiga de la fémina.

—Acepto, déjame decirle a Mikey que me acompañe a mi casa para ir por mis cosas. En un rato vuelvo. —la pelinegra le sonrió mientras se paraba del suelo, salió de la habitación yendo a la de su novio.

—Oye Mikey, ¿me acompañas a mi casa? —el rubio volteó a verla y le sonrió inmediatamente.

—Claro que si. —el rubio estaba a punto de quedarse dormido, pero cuando vio a su novia sus ojos se le iluminaron. Se paró rápidamente, la chica lo veía desde la entrada con diversión y ternura.

Ambos caminaron hasta la moto del más alto, se subieron, este arrancó haciendo que la pelinegra se agarrara fuertemente del chico. Este sonrió con satisfacción sintiendo el tacto de su novia.

—Quédate aquí, voy por mis cosas. Haré pijamada con Emma, por eso te pedí que me trajeras. —dejó un pequeño beso en la mejilla del rubio y se metió a su casa. Él solo veía la puerta embelesado, pero con un ligero ceño fruncido.

Cuando salió de su casa con una pequeña maleta el rubio la agarró de la muñeca antes de que se subiera atrás de él. Ella lo vio confundida.

—¿Por qué no haces pijamada conmigo? Pasas más tiempo con Emma, eso no es justo. —hizo un puchero causando una sonrisa en el rostro de ella.

—No es cierto, pero bueno. Le diré a Emma que la próxima es con ella. —este sonrió victorioso jalándola para darle un beso en los labios.

—Entonces súbete, vámonos. —los jóvenes empezaron a recorrer las calles para llegar a la casa del rubio.

—Tal vez podríamos pasar a comprar más dulces para nosotros dos. Aparte de que siempre te los terminas acabando tu solo. —no volvieron a decir nada hasta después de comprar, pero aún así se mantuvo algo callado el camino.

Al llegar la fémina le aviso a su amiga que Mikey le había reprochado por lo hacer pijamada con él, por lo que la hermana de su novio aceptó que se fuera con él.

Cuando llegó al cuarto del chico este ya se estaba comiendo una bolsa de lo que habían comprado, ella rió acercándose para quitarle algunos.

—Hazme mimos. —la adolescente lo vio con confusión y diversión a la vez.

—Pero si tú fuiste el que quiso que me quedara. —se cruzó de brazos alzando una ceja.

—Pero haces los mimos mejor que yo, házmelos a mi. —se quejó haciendo otro puchero, no iba a detenerse hasta lograr su objetivo.

(...)

Los dos jóvenes se encontraban acostados en la cama, él se encontraba abrazándola por la cintura mientras ella seguía acariciando su cabello. Era un ambiente tan tranquilo y acogedor.

One Shots | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora