Chifuyu Matsuno

8.8K 334 168
                                    

| Haven |

—_____—se escuchaba una voz a lo lejos. —_____, ¿estás ahí? ¿Me estás escuchando? ¡_____! —tus ojos volvieron a enfocar, tenias una mano delgada y grande enfrente de ti y atrás de ellas se encontraban unos ojos azul celestes.

—¿Qué pasó? ¿Estabas hablando? —sacudiste la cabeza para aclarar tus pensamientos. El rubio frunció su ceño por unos segundos para cambiarlo por una sonrisa llena de ternura.

—Si, te decía que si querías salir a comer, caminar, salir en general o quedarte aquí para jugar con Peke J. —sus manos acunaron tus mejillas, su sonrisa no desapareció. Él era una persona muy dulce.

—Hmm, vamos por un helado, en este calor sería refrescante. —sonreíste y te aventaste para atrás recostándote completamente en la cama. El chico se quitó suavemente a su gato negro de las piernas, el colchón se sintió otra vez nivelado.

Chifuyu Matsuno había atrapado tu corazón completamente con un detalle tan cliché y romántico, al poco tiempo de estar saliendo él confesó que lo había sacado de un manga que se estaba leyendo en ese momento, sorprendentemente había funcionado.

Recorrió tu brazo gentilmente hasta llegar a tu mano, entrelazándola con firmeza para dar un tirón y pararte de la cama. Error. Terminaste quejándote en el suelo.

—¡Mierda! ¿Estás bien? —su mano tapó su boca reprimiendo una risa, le lanzaste una mirada acusadora. Después de que se le pasara la diversión te ayudó a levantarte y revisó tu cabeza para verificar que estuvieras completamente bien.

Tu cara estaba llena de ojeras, sino fuera por el maquillaje el ojiazul ya estaría demasiado preocupado llevándote a rastras a qué te checaran en un hospital. Tu cuerpo y tu mente estaban cansados de toda la presión ejercida en casa.

—Podemos irnos, quiero ese helado definitivamente. —anunciaste empezando a jalar de su brazo para que caminara, bajaron del departamento para llegar a la motocicleta.

Se acomodó en el asiento haciendo un espacio atrás para que pudieras sentarte adecuadamente, pasaste tu pierna por arriba del asiento y finalmente te agarraste de su cintura para que arrancara con más seguridad.

Recargaste tu mejilla en su espalda, su perfume se impregnó en tu nariz, te embriagaba el olor, sus latidos iban un poco acelerados, tus manos empezaron a acariciar el abdomen del rubio sobre su ropa. Pasar tiempo con él era el único momento en el que no sentías que debías cumplir las expectativas de nadie.

Cuando la moto se detuvo y apagó, él acarició tus manos que seguían moviéndose por su ropa, te separaste de su cuerpo quitándote completamente de la moto.

Se posicionó frente a ti agarrando tu mentón con suavidad plantando un casto beso en tu boca, cuando se separó soltaste un quejido haciendo que tus labios se entreabrieran. Este sonrió acercándose más a ti para juntar sus labios en un beso largo y tierno.

Con su mano libre pasó su mano atrás posicionándola en tu espalda baja para acercarte más a su cuerpo, tus manos fueron a sus mejillas para profundizar más el beso, mientras que sus finos y largos dedos no se despejaron de tu mentón.

Se separaron por falta de aire, él sonrió satisfecho, empezó a guiarte por la calle para llegar a una heladería. Tus ojos brillaron al ver todos los sabores que había, te fijaste en cada uno atentamente para escoger el sabor.

One Shots | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora