Ran & Rindou Haitani

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| Red thread |

Desde hace mucho tiempo el mundo se regía por el hilo rojo del destino, todos eran felices y desesperados encontrando a su mitad, a la persona al otro lado del hilo.

Veías parejas completamente felices riéndose, paseando, presumiendo su desbordado amor después de que se unieran. Una de esas veces habías visto incluso cómo iba apareciendo el hilo en el meñique de las personas.

Era incluso divertido verlo, era como jugar a las escondidas, pero ciertamente esto era más serio o eso se creían todos. Se veía como las personas nerviosas mientras volteaban a todos lados.

El hilo rojo solamente aparecía cuando las dos personas estaban cerca o juntas y al ya saberlo se queda una marca en circunferencia al dedo meñique de color rojo, como si fuera un tatuaje.

—¿Por qué yo no he encontrado a mi alma gemela? —suspiraste con pesadez, aunque no te urgía hacerlo, ver las escasas situaciones en las que se presentó fue algo hermoso.

Viste tus manos estirándolas y volteándolas como si esperaras que de un momento a otro de repente la otra persona al otro lado del hilo apareciera.

Se escuchó la puerta haciéndote voltear. —¿qué haces? —sonreíste al verlo y bajaste tus manos recargándolas en tu abdomen.

—Nada, pensando en la divinidad de la vida. Estoy muy aburrida, ¿que vamos a hacer hoy? —hiciste un puchero y tu hermano se acostó a lado de ti mientras veía para arriba.

—Al rato vendrá Izana, podríamos pedir comida y ver películas. Después de todo los dos se llevan muy bien. —lo volteaste a ver sonriendo, pero él se quedó viendo hacia arriba.

Izana y Kakucho ya habían encontrado a sus almas gemelas, no sabias muy bien si era entre ellos o no, a veces sentías que si y otras que no. Eran muy cuidadosos con lo que hacían.

—Kakucho. —lo llamaste haciendo que él volteara. —¿tú crees que...? No, nada, olvídalo. —cerraste los ojos poniendo una sonrisa, tal vez te diría que pareces desesperada.

—¿Si creo que alguna vez encontrarás a tu alma gemela? Estoy seguro que si, solamente todavía no es el momento. —apretó tu mano para reconfortarte. —Bueno, me iré a bañar.

—¿No te bañaste en la mañana? —lo viste extrañada, jurabas haberlo visto con el cabello mojado.

—Claro que no. —se levantó de la cama para salir de tu habitación, le restaste importancia, sabías que él era así.

Tú si te habías bañado en la mañana por lo que solo te pusiste la pijama cuando llegó tu amigo, tu hermano y él habían salido a comprar dulces por lo que te encontrabas en el sillón esperándolos.

—Bueno, pero se puede arreglar el asunto, ¿no? —Kakucho abrió la puerta divisándolos con bolsas, así como Izana.

—Mira, te traje varias cosas. —el peliblanco se acercó a ti abriendo la bolsa para que vieras su contenido.

Se pusieron a charlar en lo que pedían de comer, hacían palomitas, abrían empaques de dulces y ponían la película.

Te sentaste en medio de los dos, pasaron una muy buena noche, bromeaban, comían y hablaban de temas sin importancia.

One Shots | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora