| Cooking |
Tus nervios estaban a flor de piel, viste tu celular con gran atención. Apenas marcaban las 12 del medio día, pero tú corazón estaba a todo lo que podía latir por minuto, solo esperabas una llamada.
Diste un gran salto cuando este empezó a sonar de manera repentina, lo agarraste rápidamente con las manos temblorosas contestando al instante. —¿Bueno? —tu voz salió lo mas dulce posible.
—Hey mocosa, la casa es para ti sola hoy. —tu cara cambió completamente al escuchar la voz de tu hermano al otro lado de la línea.
—Baboso, estoy esperando una llamada. No me estés marcando cuando es así. —lo regañaste, solo se escuchó una risita seguida de un suspiro.
—Yo que iba a saber que estás esperando una llamada, ¿va a ir Senju, verdad? —tus mejillas se coloraron, inconscientemente las tapaste aunque sabias que no te estaba viendo.
—A ti que te importa, mete tu nariz en tus asuntos. —rechistaste, el solo rió más fuerte.
—Y entonces, ¿cuando le confesaras tus sentimientos? Te estás tardando. —ahogarse un grito, el te conocía tan bien, después de todo pasaban mucho tiempo juntos.
—¡Wakasa! ¡Ya vete a mamarle el pito a Takeomi y a Benkei! —no dijo nada, pero sabias que no estaba molesto por lo que habías dicho, así era su relación.
Ustedes dos vivían solos desde que habías cumplido los 15 años, el fue quien te presentó a la menor de los Akashi haciéndose amigas de inmediato, las dos congeniaron tan bien teniendo la misma edad.
—Gracias, eso haré. Tú aviéntatele a Senju, no seas cobarde. Te llamo en la noche para ver qué todo esté en orden, adiós. —no te dejo contestarle, colgó en cuanto se despidió.
Resoplaste, sentías la tensión que había entre las dos cada que estaban juntas, pero cada quien actuaba como si las dos fueran amigas muy queridas. No se sobrepasaban en ningún aspecto.
Tu cara se iluminó al escuchar por segunda vez el celular sonar, tensaste el cuerpo por la emoción, tu sonrisa no podía ser más grande. —¿Hola? —el tono salió tembloroso.
—Hey, ya estoy cerca. Takeomi hizo que me retrasara, lo siento mucho. —escuchar su voz te emocionaba, ella hablaba alegre y tranquila.
—Claro, no te preocupes. Igual ya compré los ingredientes para hornear. —empezaste a jugar con tus dedos en lo que esperabas una respuesta.
Hubo un silencio en la línea, había ruido a lo lejos, pero ninguna palabra de ella. Oíste cómo resonó el timbre, volteaste rápidamente.
Tus pies se movieron para la puerta, cuando llegaste de frente giraste la perilla viendo a la peliblanca frente a ti con una sonrisa. —Ya llegue. —aviso sin quitar el teléfono de su oreja, tú lo alejaste colgando.
—No tenias que molestarte por traer algo más. —te fijaste en la bolsa que traía en una de sus manos, sus mejillas se tornaron rosadas, sonreíste al ver su color.
—Es para cuando terminemos, podemos comerlo con esto. —abrió la bolsa sacando un envase de bebida.
Su cabello iba recogido en una pequeña bola, llevaba un short de mezclilla no muy largo, una blusa de tirantes donde sus hombros estaban levemente enrojecidos probablemente por el sol que se acentuaba en el cielo.
—Bien, pero no te hubieras molestado. —te hiciste a un lado para que ella entrara, a pesar del calor no tenía ni una gota de sudor en su rostro.
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One Shots | Tokyo Revengers
Hayran KurguPequeñas historias con los personajes de Tokyo Revengers. Este puede contener smut, por lo que si eres menor de edad no lo leas y si lo haces es bajo tu responsabilidad Son la propiedad de Ken Wakui excepto por mis oc