Emma Sano

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Advertencia: Contiene spoilers del manga.

| Eternally |

Atrapaste la mano de la fémina entre la tuya, reíste al llegar a su lado, las dos disminuyeron la velocidad quedándose quietas recuperando el aliento.

—No tienes que ir tan rápido, por poco no te alcanzo. —Emma era la chica que te gustaba, siempre estaba sonriendo y actuando tan efusivamente.

—Bueno, pero lo hiciste. Ya estamos juntas, vamos. —no separó tu mano por lo que sentiste tu cara caliente, agradeciste que esta no se notara.

Se dirigían a la casa de la chica, a veces las acompañaban su hermano al igual que Draken, no te llevabas mal con ellos, pero su relación se mantenía cordial.

Sabías que a tu amiga le gustaba mucho el rubio alto amigo de su hermano y tú sentías algo por ella, pero no te atrevías a decírselo, estabas segura que te rechazaría. Sus pies siguieron avanzando hasta llegar a la casa.

—¿Que vamos a hacer hoy? Ya que Mikey no está podemos comer dulces, no es que no lo quiera, pero siempre terminamos sin ellos cuando él está en la casa. —solo río, su risa te hacía sentirte en el mejor lugar del mundo.

—Y podemos acompañarlo con té. No le quiero agarrar todos sus dulces a Mikey, así que solo unos cuantos, será nuestro secreto. —llegaron a la casa, se quitaron los zapatos en la entrada, ella fue a la cocina mientras tú dejabas sus cosas y tus cosas en su habitación.

—Escuche por ahí que ciertas personas se encontraban muy juntos en cierta zona de la escuela. —comentaste al llegar a la cocina, esperaron unos minutos después para que el té estuviera completamente listo.

La rubia agarró de unas bolsas que estaban escondidas en la alacena unos cuantos dulces que tenía su hermano, sonreíste con satisfacción, ella sacó una pequeña charola donde puso los vasos con el líquido y las pequeñas bolsas.

—Quien sabe si sea cierto, luego se inventan cada cosa. —se sentaron en su cama, posicionó la tabla en su mesa, cada quien agarró su vaso para llevárselo a la boca.

—No lo sé, pero estuvo en boca de todos durante todo el día. —te llevaste un bocado a la boca después de hablar.

—Dejemos el tema, ¿qué tal si te maquillo? —sonreíste dejando de lado el vaso con el dorayaki. —Bueno, pero si te tienes que terminar eso antes de que mi hermano aparezca. —señaló lo que acababas de dejar en la mesa, lo tomaste de nuevo para devorarlo lo más rápido que pudiste.

—Ya me lo acabé. —tu boca estaba llena que apenas se entendió lo que dijiste. Ella empezó a sacar su maquillaje de los cajones que tenía, te hiciste una coleta para despejar tu cara.

—Primero limpiaremos tu cara. —recorrió tu cara suavemente con toallas húmedas para despejarla de los microbios. Se posicionó enfrente de ti muy cerca de tu cara para empezar a maquillarte.

Te ruborizaste por su cercanía, tener a la chica de tus sueños casi arriba de ti, eso no pasa todos los días. Ella te volteó a ver a los ojos mientras detenía sus movimientos en tus labios.

—¿Qué pasa? —sus ojos brillando inocentemente mientras te veía unos centímetros abajo de ti, definitivamente ya no estabas viva.

—Emma, tú... a ti... ¿a ti te sigue gustando Draken? —te temblaba un poco la voz, ella se hizo un poco para atrás para verte mejor.

—Mmm, creo que si. —no pudiste controlar tu reacción, tus ojos se bajaron algo tristes empezando a agarrar la tela de tu falda cuidadosamente con nervios.

One Shots | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora