Rosa glande

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Eran más o menos las tres de la tarde, era la última hora de clases, todos los alumnos se encontraban cansados y aburridos, sin ganas de escribir a información que se encontraba en el pizarrón, bueno, todos excepto el chico pálido de los plumones, se encontraba felizmente decorando su trabajo hasta que con su ceño fruncido miró su plumón faltante.

-¡¿Quién de ustedes, pendejos estúpidos tiene mi plumón Rosa glande con sabor a fresas con crema?! -gritó parándose de su asiento, todos voltearon a ver al sitio donde se supone que debería ir Yibo, pero él no había asistido a clases.

-Y-yo lo tengo, perdón se me olvido devolvértelo. -se disculpo LuLu, una de las mejores amigas del pálido (y su amor secreto) mientras le extendía aquel plumón.

-Ah, n-no te preocupes, gracias -susurró con las mejillas sonrojadas.

Todos en el salón comenzaron a murmurar, las tradiciones se estaban perdiendo, nadie pero NADIE que no fuera Yibo se quedaba con los plumones de Zhan. También notaban la rara actitud del pálido, ¿por que no se agarró a ella a putazos? Tal vez por que era una mujer, pero a el nunca le importo el genero. Todos se quedaron pensando, en especial Cheng, quien hasta ahora se percataba de las actitudes de Zhan.

-Oye, gege,¿le gustaría salir a comer algo conmigo? -pregunto un poco nerviosa la castaña, el azabache con un sonrojo la miró y sonrió tímidamente. 

-Claro, me encantaría. -respondió y ambos con un sonrojo en sus rostros siguieron anotando lo del pizarrón.

-Hola, bo-di como se siente? -pregunto cheng entrando a la casa de Yibo, quien se encontraba con una manta enrollada al rededor de sus hombros cubriéndose completamente

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-Hola, bo-di como se siente? -pregunto cheng entrando a la casa de Yibo, quien se encontraba con una manta enrollada al rededor de sus hombros cubriéndose completamente.

-¿Tu que crees? -gruñó mientras se sentaba al lado de su mejor amigo y recargaba su cabeza en el hombro ajeno.

-Amargado. -se burló. -¿Y mis suegros? -pregunto aún con burla.

-En una reunión en España, están viendo si pueden hacer que la empresa llegue a más países. -respondió con una mueca. -Sin embargo mi madre dice que esta en camino para acá. -susurró medio adormilado.

-¿Y tus primos? -preguntó mientras se estiraba para poder tomar el control de la televisión.

-HaoXuan sólo vino a tomarme la temperatura y darme algunas medicinas, Jiyang hizo caldo de pollo, dice que eso me ayudara a bajar el resfriado. -dijo mientras veía como Cheng pasaba los canales buscando que ver.

-Ah, por cierto. -dijo dejando en la televisión un programa infantil. -Alguien ya robó tu puesto de secuestrador de plumones. -dio sin interés ido en aquella caricatura.

-¡¿Qué?! -exaltado se paro del sofá mirando con sus ojos bien abiertos al castaño, hasta la cobija se le había caído.

-Sí, LuLu. Tomo uno de los plumones de Zhan y no se lo devolvió hasta la ultima hora.

-P-pero, le hizo algo... ¿Verdad?

-Sí, fue a comer con ella. -se en congio de hombros, realmente no le importaba.

Yibo soltó un jadeo, no lo podía creer, tantos años tratando de llamar su atención para que de la nada llegara una persona cualquiera y se fuera a comer con ella.

-Gege, no deberías ponerte así, -dijo mirando de reojo a su desanimado amigo. -si salió con ella es por que es su amiga, no creo que haya algo más. -trató de consolar Cheng.

El castaño asintió, volvió a tomar su manta y se en rollo en ella nuevamente, se volvió a sentar al lado de Cheng y siguió viendo la caricatura. Un poco desanimado, debería apresurarse en sus planes de conquista.

¡Devuélveme mis plumones, Yibo! / 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora